Tal día como hoy del año 1936, hace 88 años, Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la República Española, decretaba la disolución de las Corts republicanas y la convocatoria de elecciones anticipadas para el 16 de febrero siguiente. Aquel hecho era la consecuencia final de la crisis política llamada de "el estraperlo", que había reventado el septiembre de 1935 y que había provocado la ruptura de la alianza parlamentaria de partidos de derecha que había ganado las elecciones generales de noviembre de 1934 y la caída del gobierno de Alejandro Lerroux, del PRR.

El Ejecutivo de Lerroux había iniciado una escalada de tensión con el gobierno de Catalunya, que había culminado con los Hechos del Seis de Octubre de 1934: la ocupación militar de las calles de Barcelona y el conflicto armado con las fuerzas de la Generalitat, que se había saldado con 74 muertos, 252 heridos, 3.400 detenidos, el encarcelamiento del gobierno de Catalunya, la intervención de la Generalitat y el cierre del Parlament. El 6 de junio de 1935, el presidente Companys y los consellers del gobierno habían sido condenados a 30 años de reclusión mayor por los delitos de rebelión y sedición.

Poco después de la condena al Govern de Catalunya, había estallado el escándalo del estraperlo, que implicaba Alejandro Lerroux, presidente del gobierno, su sobrino y asesor, el ministro de gobernación y los alcaldes de Madrid y de Barcelona, todos miembros del Partido Republicano Radical, en la instalación de ruletas fraudulentas en los casinos de Donosti y Formentor, y en el cobro de comisiones ilegales para aquellos aparatos manipulados. Después de aquel escándalo, Alcalá Zamora habría intentado, sin éxito, que los socios parlamentarios del PRR agotaran la legislatura.

Los partidos de izquierda —los catalanes, por un lado, y los españoles, por otro— crearon sendas plataformas para ganar las elecciones y poner fin al llamado Bienio Negro (el Ejecutivo involucionista y de derechas que había gobernado la República entre 1934 y 1936). Y entendieron que la única forma de frenar la involución que amenazaba la República era consolidar el modelo de libertades que había inspirado su proclamación, recuperando las leyes socialmente progresistas que había derogado el Ejecutivo involucionista y de derechas y restaurando y normalizando la vida política catalana.

Por este motivo, estas plataformas prometieron, en sus programas electorales, que si ganaban amnistiarían al presidente y los consellers del Govern de la Generalitat, y restaurarían el autogobierno de Catalunya. Seis semanas más tarde, el 16 de febrero de 1936, la plataforma Frente de Izquierdas ganaba ampliamente a Catalunya, y la plataforma Frente Popular, ganaba, también, ampliamente en España. Y el 1 de marzo, el presidente y los consellers del Govern de Catalunya recuperaban su cargo y reanudaban sus funciones.