Tal día como hoy del año 1867, hace 156 años, en Ottawa, a los representantes políticos de las dos provincias y de las dos colonias de la Norteamérica británica, proclamaban el Acta de Unión de estos territorios y la constitución de un gobierno y de un parlamento propios. Los territorios que promovieron esta independencia fueron la provincia francófona de Quebec, la provincia anglófona de Ontario y las colonias anglófonas de Nuevo Brunswick y Nueva Escocia, que en aquella acta adquirieron la categoría de provincias en igualdad de condiciones políticas y jurídicas que las dos primeras. Este nuevo estado tomó el nombre de Confederación del Canadá.

El territorio francófono del Quebec había sido conquistado y colonizado por Francia a principios del siglo XVI. En 1534, el navegante bretón Jacques Cartier había liderado la primera expedición europea de exploración del río San Lorenzo y había creado la primera colonia europea en la región, inicialmente denominada Charlesbourg. Aquella colonia había sido emplazada sobre un vado del río que la población autóctona denominaba kebek (el estrecho), y que sería el nombre que, finalmente, acabaría identificando la ciudad y el territorio. Después de varias iniciativas privadas de colonización y explotación del territorio (siglos XVI y XVII), Luis XIV usurparía las concesiones y la convertiría en propiedad de la Corona (1663).

El Quebec, como parte integrante de la Nueva Francia norteamericana, fue patrimonio de la corona francesa durante cien años justos (1663-1763). Después de la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que enfrentó británicos y franceses para dirimir el liderazgo mundial y que se entregó en buena parte a los territorios coloniales de Norteamérica. París —la gran perdedora de aquel conflicto— cedería el dominio de Nueva Francia (Acadia y Quebec) a Londres. En aquella guerra participó un regimiento formado, exclusivamente, por militares norcatalanes, llamado Royal-Catalan, que tuvo una actuación muy destacada y exitosa al inicio del conflicto.

Después de aquella guerra, el nuevo mando británico ordenó la expulsión de los colonos franceses de Acadia (Terranova y Nuevo Brunswick). Aquella limpieza étnica se tradujo en una gran corriente migratoria hacia Quebec y hacia Louisiana. No obstante, en 1774 Londres dictó la ley del Quebec para la nueva zona de concentración de colonos franceses bajo dominio británico, que reconocía el uso oficial de la lengua francesa y el uso del derecho romano propio de las antiguas colonias francesas para el territorio. Y en 1791, delimitó, claramente, el territorio quebequés y creó la provincia del Bajo Canadá. Con el Acta de Unión de 1867, recuperaría su nombre histórico de Quebec.