Tal día como hoy del año 1908, hace 114 años, aparecía en los quioscos de prensa del país el primer número de la revista satírica y catalanista Papitu, de carácter semanal y de ideología catalanista y de izquierdas, que se incorporaba a la oferta de publicaciones de este género y de esta línea editorial formada por La Campana de Gràcia, L’Esquella de la Torratxa, Cu-Cut! Metralla. Precisamente, Joan Elias i Bracons, fundador y propietario de Papitu, había decidido que la publicación aparecería en los quioscos el 25 de noviembre de 1908, coincidiendo con el tercer aniversario del asalto y destrucción de la redacción del Cu-cut! a manos de una horda formada por trescientos militares españoles. El Cu-cut! se recuperó e inspiró la creación del Papitu.

La historia de Papitu está claramente dividida en cuatro periodos o edades. La primera sería entre 1908 y 1911, bajo la dirección de su fundador Josep Elias. Durante esta época el Papitu tuvo un carácter irreverente y una cierta picaresca. El 1911 Elias fue acusado de injurias al ejército español y se tuvo que exiliar para evitar una condena. A partir de aquella fecha, el semanario pasó a ser dirigido por Francesc Pujols, que le dio un carácter más popular y más coloquial. Durante la etapa Pujols, la gestión económica fue un éxito rotundo: el Papitu (que en su primera fase no había conseguido rentabilizar el capital y el esfuerzo que se invertían), pasó de vender 5.000 a 40.000 ejemplares semanales.

En 1923, la censura y la persecución impuesta por el régimen de Primo de Rivera (1923-1930) obligaron a moderar los contenidos (desaparición de la pornografía) y a cambiar el nombre de la cabecera (que pasaría a llamarse Pakitu para mostrar cierta voluntad de adaptación a las exigencias del régimen). No obstante, conservó sus rasgos más definitorios y en aquel contexto de persecución obtendría los mejores resultados de ventas (50.000 ejemplares semanales). Superada la dictadura y recuperada la libertad (1931), entraría en una cuarta y última fase crítica marcada por grandes cambios sociales, que la afectarían irremediablemente (colectivización durante la etapa revolucionaria, 1936-1938), y que la acabaría conduciendo a la desaparición (1938).