Tal día como hoy del año 1936, hace 87 años, se celebraban las terceras y últimas elecciones legislativas de la II República española (1931-1939). Aquellos comicios se celebraron en unas circunstancias excepcionales. El ejecutivo del tripartito de derechas (el PRR de Lerroux, la CEDA de Gil-Robles y el Partido Agrario de Martínez de Velasco), que gobernaba la República desde los comicios generales de noviembre de 1933, había caído a causa del escándalo del estraperlo (el soborno al presidente del gobierno Lerroux y a varios cargos ministeriales del PRR por la instalación de ruletas fraudulentas en los casinos de Donosti y Mallorca); y Alcalá-Zamora, presidente de la República, había disuelto las Cortes y convocado elecciones anticipadas.

Gil-Robles, líder de la CEDA, no había aceptado el ofrecimiento de Alcalá-Zamora (dirigir el ejecutivo hasta agotar la legislatura), porque contaba con que con nuevas elecciones podría absorber todo el voto de su socio de gobierno, el PRR, profundamente desprestigiado por el escándalo. Pero en aquellas elecciones del 16 de febrero de 1936 se rompieron todos los pronósticos. En España ganó el Frente Popular, una plataforma de partidos de izquierdas (socialistas, comunistas). Y en Catalunya ganó el Front d’Esquerres, una plataforma también de partidos de izquierda de obediencia estrictamente catalana. El Front d’Esquerres estaba liderado por ERC, que, en aquel momento, tenía sus dirigentes (el gobierno de Catalunya) recluidos en el penal de Puerto Real (Andalucía).

El president y los consellers habían sido detenidos, encarcelados, juzgados y condenados después de los Hechos del Seis de Octubre de 1934 (la proclamación de la República catalana dentro de la República Federal española, una maniobra del president Companys para obtener apoyos fuera de Catalunya y forzar un cambio de la arquitectura de estado de la República). El president y los consellers habían sido condenados a treinta años de prisión; la Generalitat había sido intervenida; el Parlament había sido clausurado y los alcaldes y concejales que habían dado apoyo a la proclamación de Companys habían sido cesados y sustituidos. Pero eso no impediría que las fuerzas políticas catalanas contrarias a aquella represión se agruparan para contribuir de manera conjunta a las elecciones.

En Catalunya, el Front d’Esquerres (formado por ERC, Acció Catalana Republicana, Partit Nacionalista Republicà d’Esquerra, Unió Socialista de Catalunya, Partit Republicà d’Esquerra, Unió de Rabassaires, POUM, Partit Català Proletari y Partit Comunista de Catalunya) obtuvo 41 de los 54 escaños en juego. El Govern de Catalunya, por su situación de reclusión, no podía formar parte de las listas, pero la imagen del president Companys estuvo presente en toda la campaña a través de la publicidad. Fue especialmente célebre el cartel que representaba el presidente proclamando Per la dignitat de Catalunya. La gran victoria del Front d’Esquerres propició la amnistía de los miembros del Govern y la restauración y la normalización de la vida política catalana.