Tal día como hoy del año 1705, hace 317 años, en el contexto de la guerra de Sucesión hispánica (1705-1715), el Dietario de la Generalitat consignaba que el gobierno de Catalunya había organizado para la noche de aquel día varias celebraciones institucionales y populares en la ciudad de Barcelona "por la alegre noticia de haberse puesto la ciudad y reino de Valencia bajo el suave y amabilísimo dominio del rey nuestro señor (referido a Carlos de Austria), que Dios guarde". Aquellas celebraciones estaban previstas en el interior del Palau de la Generalitat y en el exterior de la plaza Reial y del Portal de Mar (actual pla de Palau).

Barcelona había sido la primera ciudad peninsular que había repudiado Felipe V. Había sido después de que el mayoritario partido austriacista catalán hubiera pactado con Inglaterra la incorporación del Principat a la alianza internacional antiborbónica (Pacto de Génova, junio de 1705). Después del desembarque del ejército aliado (Montgat y Badalona, agosto de 1705) y de la revolución popular de Barcelona, que echó a los borbónicos y abrió las puertas a los aliados (octubre, 1705); Carlos de Austria había jurado las Constituciones de Catalunya y había sido proclamado conde independiente de Barcelona y soberano de la corona catalanoaragonesa (Barcelona, 9 de noviembre de 1705).

Mientras tanto, el general Basset, jefe de la infantería de marina catalanovalenciana que había contribuido a la conquista aliada de Gibraltar (agosto,1704), había desembarcado en Dènia (agosto, 1705) y había encendido la revolución austriacista por todo el País Valencià. En este punto es importante destacar que aquel movimiento tuvo un componente revolucionario muy importante representado por los maulets, combatientes voluntarios de extracción humilde enfrentados a los barones señoriales y a sus huestes de matones, que desde la derrota de las clases populares en las Germanías (siglo XVI) practicaban un régimen de dominación y de terror con la complicidad del poder hispánico.