Tal día como hoy del año 1913, hace 110 años, en Barcelona, nacía Jaume Ramon Mercader del Río, más conocido como Ramon Mercader, que unos años después adquirió celebridad como el agente del régimen estalinista que asesinó al líder opositor soviético Lev Trotski. Ramon Mercader era hijo del industrial Pau Mercader i Marina, conocido por su ideología conservadora y tradicionalista, y de la heredera cubana Caridad del Río Hernández. Los biógrafos de Mercader afirman que su inclinación ideológica hacia la izquierda le vino por influencia de su madre, que detestaba la ideología reaccionaria de la familia de su esposo.

Cuando estalló la guerra civil española (1936), Mercader se afilió al PSUC, recién creado por Joan Comorera como un partido de ideología estalinista. Enseguida se reveló como un hombre de acción y extremadamente resolutivo, y fue captado por el NKVD, el servicio secreto soviético; que lo envió a París con la misión de infiltrarse en los círculos trotskistas en el exilio. En la capital francesa, se creó una identidad falsa (se hacía llamar Jacques Monard) y se ganó la confianza de Sílvia Ageloff, la secretaria de Trostki. Esta relación resultaría decisiva para cumplir el objetivo que le había encomendado el NKVD: eliminar físicamente al opositor Trotski.

A mediados de 1940, Mercader viajó a México, donde se había instalado Trotski, y, gracias a la relación que había trabado con Ageloff en París, no le costó acercarse a su víctima. El 20 de agosto de 1940, en el transcurso de una reunión en la residencia de Trotski, Mercader lo atacó con un piolet, que le provocó el aplastamiento del cráneo y de parte del cerebro. A pesar de la gravedad de las heridas, Trotski sobrevivió al ataque durante unas veinticuatro horas, tiempo durante el cual pidió que no lo mataran. Pero no pudo evitar que sus guardias lo apalearan hasta la extenuación, que la policía mexicana lo detuviera y que la justicia de México lo juzgara y lo condenara a veinte años de prisión.

Hasta pasados trece años (1953), la justicia mexicana no conoció la auténtica identidad de Mercader. Fue gracias a la comparación con unas huellas dactilares que figuraban en un archivo de la policía española, a causa de una detención y de un delito que se le había imputado en Valencia poco antes del estallido de la guerra civil. Finalmente, salió de la prisión en 1960, después de cumplir la totalidad de la condena, y viajó a Moscú, donde fue condecorado como "Héroe de la Unión Soviética". En 1961 se estableció en Cuba, gobernada por Fidel Castro, y vivió allí hasta que murió, a los sesenta y ocho años (1981), a causa de un cáncer de huesos.