Tal día como hoy del año 1481, hace 542 años, en Abrantes (entonces reino de Portugal), nacía Jordi de Lencastre, hijo ilegítimo del rey Juan II de Portugal y nieto ilegítimo de los reyes Alfonso V e Isabel de Portugal. La abuela de Jordi era hija de Jaume de Urgell, el yerno y sobrino de Martín I que había optado en el trono de Barcelona en el Compromiso de Caspe (1412). Poco después Jaume lideraría una rebelión contra el resultado de Caspe, que había favorecido a Ferran de Trastámara, y que se saldaría con la derrota de su partido y con su encarcelamiento. Isabel, la primogénita de Jaume, había sido casada con Pere de Portugal, hijo no heredero del rey Juan I de Portugal.

Jordi Lencastre ganó protagonismo durante la década de 1490. Su padre biológico no engendraba descendencia con su esposa Leonor de Viseu y legitimó a Jordi para convertirlo en su heredero. En este punto, fue mucho más hábil que Martí I, el último rey de la estirpe Bellónida en el trono de Barcelona (1397-1410), que había sido incapaz de culminar la legitimación de Frederic Rizzari, el hijo ilegítimo de su difunto hijo Martí el Jove. No obstante, Manuel de Viseu, primo-hermano y cuñado de Juan II se opuso a esta maniobra y concentró en torno a su figura un importante grupo de poderosos, contrarios a la entronización del bisnieto de Jaume de Urgell.

Hasta la muerte de Juan II (1495), los estamentos de poder portugueses estuvieron divididos entre los partidarios de Manuel de Viseu (la aristocracia militar y latifundista) y los partidarios de Jordi Lencastre (las clases mercantiles de Lisboa y de Oporto). Esta división resultaba muy paradójica, porque a la muerte de Martín I (1410), Jaume de Urgell (el bisabuelo de Jordi Lencastre) había obtenido el apoyo de la aristocracia militar y latifundista de la Corona catalanoaragonesa. Durante las últimas semanas de vida de Juan II, la reina habría conseguido modificar el testamento (cuando menos, esta es la versión oficial) a favor de su hermano Manuel. El 25 de octubre de 1495 sería coronado como Manuel I.

La investigación historiográfica moderna ve la intervención de la monarquía hispánica en el desenlace de aquella pugna. Los Reyes Católicos —de la estirpe Trastámara— casaron a su hija primogénita Isabel con Manuel para impedir que un descendiente de Jaume de Urgell se convirtiera en rey de Portugal e, incluso, en algún momento, pudiera optar en el trono de Barcelona. Poco después vendrían los primeros éxitos de Manuel I, en la apertura de varias rutas atlánticas, que atraerían a su causa a los viejos aliados de Jordi (las clases mercantiles). La causa del bisnieto de Jaume de Urgell se disolvería rápida y progresivamente hasta que quedó sin ninguna opción.