Tal día como hoy del año 1752, hace 271 años, en Portici (reino independiente de las Dos Sicilias), nacía Gabriel de Borbón y de Sajonia, hijo del rey Carlos IV de las Dos Sicilias (más tarde Carlos III de España) y de su esposa Maria Amalia de Sajonia. Gabriel fue el noveno de los doce hijos de la pareja y desde muy pequeño fue situado en segundo lugar de la línea sucesoria del reino de las Dos Sicilias (1752), detrás de su hermano mayor Carlos y, posteriormente, cuando su padre fue coronado rey de España y abandonó Nápoles para trasladarse a Madrid (1760), conservó ese segundo lugar, pero en este caso, del trono español, y adquirió la misma condición ordinal de su otro hermano mayor Fernando, que había quedado como monarca del reino partenopeo.

No obstante, la verdadera aportación de Gabriel va mucho más allá del hecho de ser el eterno segundón. Gabriel fue el único miembro de las casas Borbón española y napolitana, dotado de una extraordinaria intelectualidad. Sería el verdadero Borbón ilustrado. Según la investigación historiográfica, practicó y sobresalió en varias disciplinas académicas y artísticas, como la arquitectura, el dibujo, la pintura y la música. Dejó varios trabajos de gran calidad que, en la actualidad, están repartidos por varios museos. Y tuvo un papel discreto pero destacado en la cancillería de Carlos III. A diferencia de sus hermanos mayores Carlos IV de España, que vendió la corona española a Napoleón (1808), o Fernando IV de Nápoles, que llenó su Consejo de Ministros con los capodifamiglia del reino, Gabriel demostró grandes aptitudes políticas.

En su trayectoria se ve su marca en un proyecto que se pretendía anticiparse a su tiempo. Consciente de que las colonias americanas, tarde o temprano, se acabarían independizando, participó en un proyecto liderado por Aranda que consistía en convertir los virreinatos coloniales españoles en reinos independientes gobernados por miembros de la familia real española, y vinculados a la antigua metrópoli a través de lazos políticos y económicos. Esta idea —una especie de Commonwealt— no salió bien por la agresiva oposición de la aristocracia cortesana de Madrid. Gabriel y su esposa murieron poco después (1788), oficialmente a causa de la viruela. Su único hijo superviviente, Pedro Carlos, fue reclamado por su familia materna y criado en Lisboa, lejos de la corte española. Y las colonias americanas se independizaron a partir de 1810.