Tal día como hoy del año 1376, hace 647 años, en Voghiera (ducado independiente de Milán); moría Roque de la Cruz; que dos siglos más tarde (1584) sería canonizado como San Roque. Si bien es cierto que hay cierta controversia sobre el año y el lugar de la muerte (algunas investigaciones sitúan el deceso en Montpellier, enclave de la Corona catalanoaragonesa, en 1379); nadie discute su larga e intensa actividad como sanador durante los años más críticos de la Peste Negra (1348-1351). Según las fuentes documentales, durante aquella etapa crítica, recorrió la península italiana y se entregó al cuidado de las personas afectadas por aquella peste. Por este motivo, posteriormente sería proclamado patrón de los peregrinos y de los apestados.

Según la investigación historiográfica, Roque de la Cruz (San Roque desde 1584); nació a principios del siglo XIV en Montpellier; que en aquel momento, después de la ejecución del testamento del rey Jaime I —la división de la Corona catalanoaragonesa— era un enclave del efímero reino de Mallorca (1276-1343). Y era hijo de Juan Roque de la Cruz, máxima autoridad delegada del rey Jaime II (hijo de Jaime I). Según la misma investigación, poco después de cumplir los veinte años (1320 o 1330) quedó huérfano; y recibió una abundante herencia, que vendió y repartió entre las personas más pobres de la ciudad. Este sería el punto de inicio de su vida de peregrinaje y de curación de los enfermos afectados por la peste.

No obstante, el historiador Pierre Bolle (1923-2010), de la Universidad de Grenoble, que ha estudiado sobradamente la vida de Roque de la Cruz, sostiene que muchos episodios que se atribuyen a la vida del santo en realidad pertenecen a la tradición de peregrinos y sanadores de la Alta Edad Media, como Racus de Autun (circa 620 – circa 660); y fueron adaptadas a un personaje contemporáneo. En cualquiera de los casos, lo que sí es seguro es que dos siglos después de su muerte, su figura era venerada en varias ciudades del mundo católico; como Venecia, Nápoles o Montpellier. En los Países de la Corona catalanoaragonesa, la figura de San Roque sería venerada en Barcelona, Tarragona, Arenys de Mar, L'Hospitalet de Llobregat, Vilafranca del Maestrat, Alginet y Altea.