Tal día como hoy del año 1973, hace 46 años, moría en el exilio de San Juan (Puerto Rico) Pau Casals i Defilló, el mejor violoncelista catalán de todos los tiempos. Pau Casals había nacido en El Vendrell (Baix Penedès) el año 1876 y cuando, en palabras de sus coetáneos, ya era el "músico vivo más extraordinario del mundo" se vio obligado a emprender el camino del exilio. En enero de 1939, poco antes de la ocupación franquista de Barcelona y con sesenta y dos años y pico de edad, se exilió en París. En junio de 1940 la ocupación nazi de París la obligaría a proseguir el camino del exilio, aquella vez, en dirección a los Estados Unidos (1940-1945).

Cuando se marchó al exilio, el régimen franquista ―a través del Tribunal de Responsabilidades Políticas de Cataluña― le confiscó todos sus bienes. Pero, sin embargo, se comprometió con el exilio catalán y español republicanos y dio 140.000 francos de su bolsillo (el equivalente actual a 150.000 euros), y celebró infinidad de conciertos benéficos, destinados a sostener económicamente a las personas y las familias exiliadas que estaban en una situación más que precaria. Proclamó: "Hay que ayudar a todo el mundo y todavía lo puedo hacer, aunque estoy agotando mis recursos. Pero mientras sirva para esta tarea que me he impuesto, me quedaré aquí".

Pau Casals alcanzaría, definitivamente, la categoría mítica cuando en 1971 compuso el himno de las Naciones Unidas y lo estrenó en la misma sede de Nueva York, ante los representantes de todos los estados del mundo, incluido el del régimen franquista español. En aquel acto, Casals pronunció el discurso "I'm a catalan": "Soy catalán. Catalunya tuvo el primer Parlamento democrático mucho antes que Inglaterra. Y fue en mi país donde existieron las primeras naciones unidas. En aquel tiempo —siglo undécimo— se reunieron en Toluges, hoy Francia, para hablar de la paz, porque los catalanes de aquel tiempo ya estaban en contra de la guerra".