Tal día como hoy del año 1870, hace 152 años, en Madrid; moría el general Joan Prim i Prats (Reus, 1814); en aquel momento presidente del Gobierno y regente de facto de España por el destronamiento y destierro de Isabel II. Tres días antes (27/12), el general Prim había sido víctima de un atentado. A última hora de la noche, Prim y sus colaboradores habían abandonado las Cortes españolas en un carruaje que, minutos después, sería emboscado en un callejón solitario y mal alumbrado.

Los asaltantes (hombres armados y enmascarados) pararon el carruaje, apuntaron al interior de la berlina y dispararon a bocajarro contra los ocupantes. Prim fue alcanzado en la mano derecha, el hombro, el brazo izquierdo y la cara. Pero, sorprendentemente, sus colaboradores y acompañantes —el magistrado Juan José Gonzalez-Nandín y el coronel José Francisco Moya— resultaron sospechosamente ilesos, cuando menos, con heridas de poca importancia, en un tiroteo en la penumbra y en un espacio muy limitado.

Según las fuentes documentales, después del tiroteo, el cochero misteriosamente reanudó la marcha hasta la residencia oficial de Prim. Allí, el general habría recibido los cuidados preceptivos y, a pesar de la gravedad de las heridas, habría experimentado una evolución positiva. Sin embargo, el día 30 moría, oficialmente, a causa de una septicemia. En este punto, las investigaciones historiográfica y forense modernas afirman que el general Prim fue asfixiado en su cama con una almohada, por alguna persona muy próxima a su círculo de confianza.

La justicia española no encausó nunca a nadie por este magnicidio; pero la prensa de la época señaló al duque de Montpensier, yerno de la reina Isabel II, como autor intelectual de aquel crimen. Según la misma prensa, los Borbones tenían muchos motivos para cometer aquel asesinato: Prim había destronado y desterrado a Isabel II y había iniciado la persecución de la "camarilla del bolsillo secreto", un contubernio de negocios ilegales formado por la familia real y un grupo de traficantes de esclavos y de funcionarios corruptos.