Tal día como hoy del año 1700, hace 323 años, en Madrid, moría el rey Carlos II, conocido popularmente con el mote de "el Hechizado". Carlos, que se llamaba como el primer rey Habsburgo de la monarquía hispánica (Carlos de Gante), sería también el último monarca hispánico de esta estirpe. Moriría sin descendencia y su polémico testamento (que buena parte de la investigación actual considera falsificado) abriría las puertas del trono hispánico a la estirpe borbónica, en la figura de Felipe V. Carlos II, nacido en Madrid en 1661, era el único hijo varón legítimo de Felipe IV que le sobrevivió. Era uno de los trece hijos del rey, y uno de los seis del segundo matrimonio (con María Ana de Austria).

Carlos II ya nació con una grave discapacidad física e intelectual, que no era algo aislado en la familia real hispánica. Con anterioridad, el rey había tenido seis hijos que no habían sobrevivido a las primeras semanas de vida debido a las importantes dificultades sobrevenidas por las discapacidades que los afectaban. En el caso de Carlos, la documentación de la época revela que hasta los cuatro años no se puso en pie y empezó a andar, y hasta la adolescencia fue amamantado por las nodrizas de palacio porque era incapaz de comer nada sólido. En este punto, la documentación detalla que mordía y causaba lesiones en los pechos de las nodrizas.

El nuncio papal lo describió como: "El rey es más bien bajo (...) feo de rostro; tiene el cuello largo, la cara larga y como encorvada hacia arriba; el labio inferior típico de los Austria; ojos no muy grandes, de color azul turquesa y cutis fino y delicado. El pelo es rubio y largo (...). No puede enderezar su cuerpo cuando anda, a menos que se apuntale en una pared, mesa u otra cosa. Su cuerpo es tan débil como su mente. De vez en cuando, da señales de inteligencia, de memoria y de cierta vivacidad. Normalmente, tiene un aspecto lento e indiferente, manazas e indolente, semblante estupefacto. Se puede hacer con él lo que se quiera, ya que carece de voluntad propia".

La incapacidad de Carlos para engendrar un heredero obligó a la cancillería hispánica a buscar una solución a la sucesión, y la corte se dividió en dos partidos. Por una parte, los partidarios de Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia y María Teresa, hermanastra de Carlos II (hija del primer matrimonio de Felipe IV) y, por otra parte, los partidarios de Carlos de Habsburgo, nieto del emperador Fernando III de Austria y de María Ana, tía de Carlos II (hermana de Felipe IV). El mismo día de la defunción del rey, se abriría el testamento de Carlos, que haría que quince días después de aquel deceso (15 de noviembre de 1700), Luis XIV de Francia coronara a Felipe V rey de las Españas en Versalles.