Tal día como hoy del año 1641, hace 383 años, en el contexto de la Guerra de Separación de Catalunya, entraba en Barcelona Philippe de La Mothe-Houdancourt, conde de La Mothe y mariscal de Francia, que llegaba para tomar posesión del cargo de general del ejército de Luis XIII de Francia, II de Navarra y I de Barcelona, en Catalunya. Luis XIII había sido nombrado conde independiente de Barcelona (hombre principal de Catalunya) por la Junta de Braços (el equivalente al Parlament) el 23 de enero de 1641, en sustitución de Felipe IV de las Españas. En aquel momento, Catalunya estaba parcialmente ocupada por los restos del ejército hispánico del sanguinario marqués de Los Vélez, que había sido derrotado y humillado en Montjuïc el 26 de enero de 1641.

La llegada de La Mothe serviría para coordinar las estrategias de los ejércitos francés y catalán en Catalunya, que tan buen resultado había dado en la primera experiencia conjunta (la Batalla de Montjuïc del 26 de enero anterior). Con La Mothe al frente, la alianza catalano-francesa derrotó a los hispánicos de Colonna (Los Vélez había sido fulminado después de la humillante derrota de Montjuïc) y del duque de Sogorb (Colonna enfermó y murió poco después de llegar a Catalunya) en las batallas de La Granada del Penedès (1642), de Lleida (1642) y de Miravet (1643), y la conquista de Monzón (Aragón) y del margen izquierdo del río Cinca (1642). Por su extraordinaria capacidad, los hispánicos le colgaron el mote de El Demonio.

El Dietario de la Generalitat consigna que el día 20 de febrero de 1641, cuando estaba en las puertas de Barcelona para tomar posesión de su cargo, salió a recibirlo una comitiva presidida por Francesc de Tamarit, diputado-militar o diputado-protector (general en jefe del Ejército de Catalunya), que lo acompañó hasta el interior de la ciudad. Según el mismo Dietario, la ciudad se engalanó con "ricos trapos y tapicería" y cuando "el señor de La Mothe bajó del caballo, las cortesías y ceremonias fueron cosa de ver". También según el Dietario, el mariscal La Mothe se alojó en la casa de Pere Reguer, ciudadano honrado de Barcelona, situada en la plaza de Santa Anna. Al día siguiente, La Mothe fue recibido por los diputados y oyentes que formaban el gobierno del país.