Tal día como hoy del año 1952, hace 68 años, moría en Burgos el general rebelde Juan Yagüe Blanco (1891), que al final de la Guerra Civil española (entre julio de 1938 y febrero de 1939) fue el máximo responsable de la ocupación franquista de Catalunya. Yagüe venía precedido por una macabra reputación. Después de la Batalla de Badajoz (14/08/1936) concentró a 4.000 personas en el campo de fútbol de la ciudad y ordenó fusilarlas. En una posterior entrevista en el New York Herald Tribune declararía: "Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar cuatro mil prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar contra reloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?”.

Por este motivo, la prensa y la opinión pública internacionales le colgaron el mote de El carnicero de Badajoz, apelativo que confirmaría durante la campaña de ocupación de Catalunya. Yagüe fue el máximo mando del ejército marroquí que penetró por el sur de Catalunya. En la Batalla del Ebro (julio – noviembre, 1938) ordenó fusilar a centenares de prisioneros de guerra, como la masacre de los cuarenta supervivientes de la Brigada Botwin (de las Brigadas Internacionales) ejecutados en Amposta (diciembre, 1938) por su doble condición de judíos y republicanos. Sus tropas marroquíes —totalmente descontroladas— entraron en Reus y en Tarragona (enero, 1939) y se libraron al saqueo, a las violaciones y a los asesinatos indiscriminados.

El 26 de enero de 1939, sus tropas ocuparon Barcelona, y proclamó:  ”¡Catalanes!, yo, en nombre del Gobierno español, en nombre de la España de Franco, os saludo y os traigo a vosotros, a los que gritabais antes ¡Viva España! con honda emoción, os traigo, repito, un emocionado abrazo de hermano (...) jurar (...) que sabremos cumplir con el deber (...) y que en este camino nadie ni nada nos podrá contener (...) ¡Catalanes, Arriba España! ¡Viva Cataluña Española! ¡Viva España!”. Posteriormente, ejercería varios cargos como enlace entre los regímenes franquista y nazi. Cuando acabó la II Guerra Mundial (1945) —con la derrota de los nazis— fue progresivamente marginado del poder por el mismo Franco.