Tal día como hoy del año 879, hace 1.142 años, según algunas fuentes documentales, el conde carolingio Wifredo I de Barcelona, de Osona, de Girona, de Urgell y de Cerdanya colocaba la primera piedra del monasterio de Ripoll, que sería el panteón de la estirpe condal Bellónida, soberanos de Catalunya desde el 870 hasta 1410 y de Aragón desde 1135 hasta 1410. Esta categoría la ostentaría hasta que, bien entrado el siglo XIII, Jaime I designó el monasterio de Poblet como el nuevo panteón de los soberanos de Barcelona y de Aragón. Según los arqueólogos, el monasterio de Ripoll que fundó Wifredo se edificó sobre una antigua construcción religiosa de la época visigótica (siglo VI) que habría sido destruida durante la invasión árabe (siglo VIII).

Durante los primeros siglos posteriores a su fundación, el monasterio de Ripoll fue también un centro de cultura y de poder muy asociado a la ideología fundacional de la nación catalana. Pasados casi mil años de su fundación (1835) el monasterio de Ripoll sufrió una importante destrucción. En el marco de la Primera Guerra Carlista (1833-1840) un batallón del ejército constitucional español llamado "Tiradores de Isabel II", formado por elementos radicales del bando liberal y comandado por el capitán José Rodríguez, se libró al saqueo y a la destrucción del monasterio. El 9 de agosto de 1835 al grito "¡los facciosos escalan el monasterio!”, asaltaron las dependencias monacales y en pocas horas las dejaron reducidas a fuego y ceniza.

Los asaltantes asesinaron a dos monjes y profanaron las tumbas de los condes Wifredo el Velloso (865-897) y Ramón Berenguer IV (1114-1162). Según las fuentes documentales, los asaltantes ―en estado de embriaguez― sometieron los cuerpos momificados de los condes catalanes en una especie de juicio, y los quemaron en una pira formada por otros cuerpos que, también, habían sido profanados. Los asaltantes rapiñaron todos los objetos de valor que encontraron, y destruyeron todos los otros que no se podían llevar. Pero el daño más grave lo causaron en el archivo: quemaron toda la documentación y se perdió para siempre una parte muy importante de la historia de Catalunya.