Tal día como hoy del año 1916, hace 103 años, se iniciaba la batalla de Verdún. Los 6.000 voluntarios catalanes (algunas fuentes hablan de hasta 12.000) que se habían alistado en el ejército francés recibían el bautismo de fuego en la que sería la batalla más mortífera de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La batalla de Verdún, librada entre los ejércitos de la República francesa y del Imperio alemán y que se desarrolló durante diez meses, se saldó con 286.000 muertos (146.000 franceses y 140.000 alemanes) y 412.000 heridos (216.000 franceses y 196.000 alemanes).

Los voluntarios catalanes se alistaron en el ejército francés a finales de 1915 (un año y pico después del inicio del conflicto) a través del Comité de Hermandad de los Voluntarios Catalanes, organismo mixto francocatalán participado por el gobierno de la Mancomunitat de Catalunya y el gobierno de la República francesa. El conflicto mundial enfrentaba las potencias europeas no tan sólo para dirimir el liderazgo continental, sino también oponía dos modelos políticos diferenciados (la democracia, representada por Francia, Gran Bretaña e Italia; con el autoritarismo, representado por los imperios alemán, austrohúngaro y turco).

El Comité de Hermandad de Voluntarios sería la más destacada respuesta de la clase política y de la sociedad catalanas a aquel conflicto. La gran mayoría de los voluntarios catalanes ―que serían encuadrados en los 1os, 2os y 3os regimientos de Marcha de la Legión Extranjera― procedían del sindicato CADCI (Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria) y del partido Unión Catalanista, que ideológicamente había superado el estadio del regionalismo y postulaba la independencia de Catalunya. La participación catalana tenía también el objetivo de internacionalizar las reivindicaciones nacionales de Catalunya.