Tal día como hoy del año 1913, hace 109 años, en una celda de la prisión de mujeres Reina Amàlia de Barcelona (denominada popularmente "la galera" y situada cerca de la ronda de Sant Pau), aparecía muerta Enriqueta Martí i Ripoll, más conocida como la "Vampira del Raval", que en aquel momento estaba detenida y pendiente de juicio por el secuestro, asesinato y ocultación de cadáver de doce niños y niñas. Aunque no se llegó a celebrar el juicio, posteriormente y durante décadas, ostentaría el dudoso honor de ser la asesina en serie más prolífica de la historia de Catalunya. Ahora bien, las investigaciones modernas apuntan que no fue la autora material de aquellos crímenes; sino que su papel, en aquella sórdida trama, consistía en deshacerse de los cadáveres.

No obstante, Enriqueta Martí fue detenida en febrero de 1912 y acusada de todos los crímenes perpetrados por aquella trama. Todavía en la actualidad no se ha resuelto el misterio de quién sería el autor material de aquellos crímenes. Sin embargo, según las investigaciones recientes, Enriqueta Martí conservaba una libreta escrita en catalán y con una caligrafía muy refinada donde tenía relacionados nombres y direcciones de clientes a quien, presuntamente, les proporcionaba las criaturas secuestradas y los ungüentos fabricados con los restos de sus cadáveres; que señalaban a personajes muy influyentes de la vida social, política y económica de la Barcelona de la época; y que, presuntamente, serían los verdaderos asesinos de aquella trama. Este documento desapareció durante el proceso judicial.

La "Vampira del Raval" apareció muerta cuando el proceso estaba en fase de instrucción. Oficialmente murió a causa de una larga enfermedad (un cáncer de útero); pero durante mucho tiempo circuló el rumor que había sido asesinada por otras reclusas del centro penitenciario, que le habrían propinado una brutal paliza por sus presuntos crímenes. Otra vez, la investigación reciente apunta que ni los restos de sangre ni los restos óseos que la policía encontró en su vivienda tenían relación con los secuestros y asesinatos de las criaturas: la sangre era de la misma Enriqueta Martí y aparecía derramada por el piso a causa de las frecuentes hemorragias que le producía el cáncer de útero que sufría; y los huesos pertenecían a una persona de unos veinticinco años.

Imagen principal: Fotografía de Enriqueta Martí. Fuente: Wikimedia Commons