Tal día como hoy del año 1936, hace 83 años, moría en Salamanca el catedrático de Filosofía, escritor y político Miguel de Unamuno y Juego (Bilbao, 1864), que había sido una de las figuras intelectuales más relevantes del primer tercio del siglo XX español. Unamuno sería uno de los máximos representantes de la Generación del 98 (un grupo de escritores, ensayistas y poetas de lengua castellana que se sintieron profundamente afectados por la pérdida de las colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas).

En aquel contexto, Unamuno le escribiría una carta, firmada el 14 de mayo de 1907, al abogado, escritor y crítico literario valenciano José Martinez Ruiz, miembro, también, de la Generación del 98 y más conocido como Azorín expresándole: “Merecemos perder Catalunya. Esa cochina prensa madrileña está haciendo la misma labor que con Cuba. No se entera. Es la bárbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo (tienen testículos en vez de sesos en la mollera)”.

Aquella cita fue proclamada en un escenario de gran tensión entre la sociedad catalana y el régimen corrupto de la alternancia que gobernaba en Madrid desde la restauración borbónica (1874): el 25 de noviembre de 1905 un grupo de 300 oficiales del ejército español había asaltado la redacción del semanario satírico catalán Cu-cut! y asesinato uno de sus trabajadores. Los asaltantes se habían justificado diciendo que el peligro separatista, representado en aquella ocasión por el Cu-Cut!, era excesivamente tolerado por los gobiernos de Madrid.

Los hechos del Cu-Cut!, la Ley de Jurisdicciones —dictada por el gobierno liberal de Segismundo Moret para evitar el juicio de los asaltantes—, y la hostilidad de la clase política española y de su prensa cautiva, condujo la clase política catalana a la creación de Solidaritat (1906), una plataforma que reunía todas las fuerzas del catalanismo —desde el republicanismo obrerista hasta el carlismo tradicionalista—, y que, en Catalunya, ganaría ampliamente las elecciones generales de 1907 (41 diputados sobre 44 escaños).

Al inicio de la Guerra Civil (1936), Unamuno —que inicialmente había dado apoyo a la rebelión—, abundaría en la cita de 1907: en la Universidad de Salamanca, el general rebelde Millán-Astray proclamaría: "Viva la muerte y muera la inteligencia". Y Unamuno, decepcionado por los acontecimientos, contestaría: Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha: razón y derecho”.