Tal día como hoy del año 1939, hace 79 años, en el contexto de la Guerra Civil española (1936-1939), las tropas franquistas sublevadas contra la legalidad republicana ocupaban las ciudades de València y de Alacant. La ocupación de estas ciudades, que venía precedida de la caída de sus respectivos traspaíses, dejaba reducida a la mínima expresión la zona territorial bajo el control de la República. La prensa de la época diría que "La ocupación del territorio nacional prosigue velocísima". En los "Detalles de la ocupación de la ciudad" —referidos a València— la prensa describe una jornada previa de incertidumbre y de temor, con un vacío elocuente de poder que facilitaría que desde el primer momento "los jefes de FET y de la JONS se han hecho cargo de la ciudad".

La ocupación de València cap-i-casal tenía una especial significación para el bando franquista. València había sido la última sede del gobierno de la II República española. La prensa de la época destaca que el día antes, 29 de marzo, a las tres y media de la tarde un grupo de la Tercera Compañía de Propaganda y Radiodifusión se había apoderado de la emisora Unión Radio de Valencia y "se dedicaron a arrancar los pasquines de propaganda de los rojos y a colocar retratos del Generalísimo y de José Antonio". El día 30 de marzo, a las ocho y media de la mañana, una columna motorizada "integrada por fuerzas de Asalto y de la Guardia Civil y batallones de Orden Público y de Policía" precedían las tropas de combate.

Las tropas franquistas ocupan Valencia y Alicante. Reclusas de la Prisión Provincial de Valencia (1939 1941). Fuente Universidad de Valencia

Reclusas de la Prisión Provincial de València (1939 1941) / Fuente: Universitat de València

No sería hasta las nueve y media de la mañana cuando las tropas de los generales Aranda y Martín Alonso "hacían su entrada en formación marcial". A partir del mismo día de la ocupación, tanto en València como en Alacant, el aparato represor franquista dasataría una auténtica cacería contra personas de ideología republicana que se saldaría con centenares de detenciones y asesinatos. La misma prensa citaba que "los dirigentes rojos han desaparecido todos, pero se cree que muchos de ellos están escondidos en la capital, bien a su pesar, pues su intención era huir, pero la rapidez de los acontecimientos no les dio tiempo para ello, al fallarles casi en general las vías del mar y del aire". La prensa de la época hablaría de "millares de prisioneros y de presentados".