Tal día como hoy del año 1942, hace 79 años, llegaba al puerto de Barcelona el vapor de bandera argentina Apolo cargado con 6.500 toneladas de trigo. Aquella remesa formaba parte de un paquete de ayudas que, previamente, habían pactado el gobierno argentino, presidido por el liberal Roberto Marcelino Ortiz, de la UCRA (Unión Cívica Radical Antipersonalista), y el Gobierno, representado por el filonazi Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores del régimen franquista y conocido popularmente como "el Cuñadisímo" por su relación familiar con el dictador Franco.

El régimen franquista presentó aquel hecho como una victoria diplomática. Pero la realidad era muy diferente. Pasados tres años de la finalización de la Guerra Civil (1939), el nuevo régimen franquista no había conseguido, ni siquiera, recuperar los niveles de producción de la etapa de conflicto. La durísima represión contra la mano de obra del mundo rural y la incapacidad de recuperar la maquinaria y las infraestructuras agrarias habían condenado el campo español. Y los grandes productores mundiales de cereales (Estados Unidos, Unión Soviética) se negaban a vender trigo a un país gobernado por un régimen aliado de los nazis.

La prensa de la época puso el acento en las intensas relaciones humanas entre Argentina y España. Se insistió, por ejemplo, en el hecho de que el presidente argentino era hijo de vascos emigrados a Buenos Aires a finales del siglo XIX. Pero, en cambio, la prensa británica y norteamericana apuntaron a que el estado español habría pagado una cantidad desorbitada por aquel cargamento. Sea como sea, el trigo argentino del Apolo sólo serviría para alimentar la propaganda del régimen y para paliar mínimamente el paisaje de miseria, enfermedades y muerte que imperaba en la España del momento.