Tal día como hoy del año 1829, hace 193 años, hacia las seis de la tarde, se producía un gran movimiento sísmico, con epicentro en la boca del río Segura, que devastaría Guardamar y varias poblaciones del valle bajo de este río (la parte más meridional del País Valencià). Según la prensa de la época (Diario de Barcelona, edición del 8 de abril de 1829) aquel terremoto devastó las villas de Guardamar, Almoradí, Benejússer, Formentera y Torrevella; y causó importantísimos daños en las ciudades de Orihuela, Elche, Alicante y Murcia. Pocos días después, las autoridades municipales y gubernativas de la zona, hacían público un balance de 389 muertos, 209 heridos, y la destrucción de 2.000 edificios y de casi todas las infraestructuras (puentes, caminos, puertos).

Según la investigación historiográfica, aquel terremoto había sido precedido por una serie de movimientos sísmicos de poca intensidad que avisaban de que las fallas tectónicas estaban en movimiento. Seis meses antes (13 de septiembre de 1828); se habían producido una serie de pequeños terremotos que habían provocado algunos hundimientos en los pueblos de la zona. Esta misma investigación ha situado aquella actividad sísmica sobre las líneas sismotectónicas de la zona: la de Benejússer-Benijòfar; la de Guardamar; y la de Torrevella. De resultas de aquel movimiento sísmico, que los investigadores actuales estiman que sería de una intensidad de 6'6 en la escala de Richter, la fachada costera de Guardamar y de Torrevella se inclinó unos diez metros.

En el momento en que se produjo aquella tragedia, Guardamar era una pequeña villa de unos 3.000 habitantes, dedicados a la actividad agrícola y pesquera. Después de aquel terremoto, Guardamar se tuvo que reconstruir totalmente. La trama urbana de la villa, situada en los regazos del cerro del castillo, quedó convertida en una fantasmagórica muntera de escombros. Y la nueva villa, que se reconstruyó durante los años inmediatamente posteriores, se dispuso en una zona menos escarpada en previsión a futuros movimientos sísmicos (entre el cerro del castillo y las dunas que se formaron después del terremoto). La parte histórica no se reconstruyó nunca; y las nuevas viviendas se edificaron con las piedras procedentes de las casas que había derribado el terremoto.

Imagen principal: Un terremoto devasta Guardamar y el Baix Segura. Guardamar a finales del siglo XIX. Fuente Universidad de Alicante