Tal día como hoy del año 1936, hace 82 años, la Audiencia Provincial de Lleida condenaba a un total de 150 años de prisión a Dolors Cuit Vallés, como autora material de los cinco asesinatos cometidos contra una misma familia en la Granja d'Escarp (Segrià). Pilar Vallès, la madre de Dolors Cuit sería, también, condenada a un total de 30 años de prisión por encubrimiento de los delitos. Las penas que aplicó la Audiencia de Lleida eran a razón de 30 y 6 años de prisión por cada asesinato, para la autora material y la encubridora, respectivamente, de los crímenes. Cuando se dictó la sentencia, la pena de muerte que se aplicaba a los condenados por asesinato había sido abolida cuatro años antes (1932) por el segundo gobierno de la II República española presidido por Manuel Azaña.

Aquel crimen múltiple, tanto la comisión como la investigación como el juicio y la sentencia, provocó un fuerte impacto en la sociedad catalana de la época y tuvo un seguimiento destacado por parte de la prensa. Según los medios de información, la acusada Dolors Cuit, de veintiún años y casada con el segundo hijo de los Guiu, adquirió varias dosis de matarratas en la farmacia del pueblo, que administraría durante meses sucesivos a la familia de su marido. El resultado de aquel envenenamiento múltiple ―perpetrado entre junio de 1934 y abril de 1935― sería la muerte de los suegros, de los cuñados (el heredero Guiu y su esposa) y de un sobrino de once meses. Durante aquel intervalo de tiempo asesinaría, sucesivamente y por este orden a la suegra, el suegro y, en la semana previa a la detención, a los cuñados y el sobrino.

Se sentencia el crimen múltiple de La Granja d'Escarp. Rambla Ferran. Lleida (1930). A la izquierda el edificio del Audičncia. Fuente Blog Otros Histňries de Lleida

Rambla Ferran, Lleida (1930). A la izquierda, el edificio de la Audiencia / Fuente: Blog Altres històries de Lleida

Según la prensa, el asesinato múltiple estaría motivado por una disputa familiar. La acusada declararía que sus suegros y cuñados se habían opuesto a hacer efectiva la dote de 1.000 pesetas de la época (el equivalente aproximado a 10.000 euros actuales) que le correspondían a su marido según las capitulaciones acordadas previamente al matrimonio. La madre de la acusada, por su parte, declararía que cuando tuvo conocimiento de la autoría de los crímenes, lo quiso denunciar a la justicia, pero que su hija la obligó a guardar silencio bajo la amenaza de estrangularla con una correa. Finalmente el caso se destaparía a finales de abril de 1935 cuando Pilar Vallès, la madre de la acusada, revelaría el móvil de los crímenes y confirmaría las sospechas que ya había formulado el médico del pueblo al juez de paz local.