Tal día como hoy del año 1934, hace 85 años, en el contexto de los días inmediatamente posteriores a los Fets del Sis d'Octubre (1934), el coronel Francisco Jiménez Arenas,presidente accidental de la Generalidad designado por la autoridad gubernativa militar de la cuarta Divisón”, decretaba el cese de todos los cargos políticos del gobierno de Catalunya.

Aquella medida afectaba al presidente Lluís Companys; a los consellers Joan Lluhí, de Justicia y Derecho; Josep Dencàs, de Gobernación; Martí Esteve, de Hacienda; Ventura Gassol, de Cultura; Martí Barrera, de Trabajo; Joan Comorera, de Economía y Agricultura y Pere Mestres, de Obras Públicas y Asistencia Social y Sanitaria. También afectaba a los delegados territoriales del gobierno Josep Puig, en Girona; Pere Valldeoriola, en Lleida, y Lluís Prunés, en Tarragona; y a los comisarios territoriales de Orden Público, Amadeu Oliva, en Girona; Jaume Martí, en Lleida, y Josep Tarragona, en Tarragona.

También fueron cesados Pere Coll Llach, comisario general de Orden Público (que había sido detenido en su casa de Begur acusado de preparar una rocambolesca huida); Joan Ricart, jefe de la guardia de seguridad y Jesús Pérez, comisario jefe de los Sometents Armats; y los directores generales Josep Maria España, de Administración Local; Joan Tauler, de Trabajo; Pere Mestre, de Sanidad y Josep Irla, de Asistencia Social. Excepto el conseller Dencàs (que se había exiliado en Francia), todas estas personalidades estaban recluidas en el barco-prisión Uruguay, atracado en el puerto de Barcelona.

El presidente,los consellers y los miembros del gobierno recluidos, estarían retenidos en aquella prisión flotante durante noventa días hasta que el 7 de enero de 1935, el Tribunal Supremo estableció un operativo policial que los tenía que trasladar a la Prisión Celular de Madrid. Según la prensa de la época (La Vanguardia, edición del 8 de enero de 1935), aquel operativo se llevó a cabo a medianoche para evitar concentraciones de protesta: “Dicha orden se transmitió con toda clase de reservas, a fin de que no se enterara nadie y evitar que se produjesen incidentes”.

Se da la circunstancia de que, un año y pico más tarde, el coronel Jiménez Arenas tendría una destacada participación (fue un enlace entre los grupúsculos conspiratorios de Valladolid y Barcelona) en el intento de golpe de estado militar del 19 de julio de 1936 que conduciría a la Guerra Civil española (1936-1939). Sería detenido por las fuerzas leales a la Generalitat y encarcelado, acusado de rebelión, en el barco-prisión Uruguay.