Tal día como hoy del año 1114, hace 904 años, un ejército formado por tropas catalanoprovenzales, pisanas, florentinas y pontificias, después de treinta días de asedio, tomaba al asalto la ciudad musulmana de Eivissa. Aquella conquista, concebida como una operación militar de castigo y destrucción de las bases de la piratería musulmana del Mediterráneo occidental, no comportó la anexión efectiva de la isla. Las fuentes documentales revelan que, un tiempo después, cuando el valí de Eivissa Abu-al-Mandir ―que había huido poco antes de la conquista― volvió a la isla con refuerzos almorávides, encontró la ciudad de Eivissa totalmente destruida y el territorio completamente devastado.

Es, precisamente, en estas fuentes donde por primera vez en la historia se menciona la naturaleza catalana del conde de Barcelona y de sus combatientes. El Liber maiolichinus de gestes pisanorum illustribus (Libro mallorquín de gestas ilustres de los pisanos) redactado en Pisa entre 1117 y en 1125, se refiere a Ramón Berenguer III, conde independiente de Barcelona y de Provenza, como "dux Catalanensis" (duque catalán) y como "rector Catalanicus hostes" (guía de los ejércitos catalanes). Del mismo conde y de sus barones dice que son "Catalanicus heros" (héroes catalanes), y se refiere al conjunto de su tropa como "Christicolas Catalanenseque" (cristianos y catalanes).

La presión que los almorávides ejercían sobre la frontera sur del condado de Barcelona (Penedès, Camp de Tarragona) obligó a Ramón Berenguer III a replegar a sus tropas y volver al Principat a finales de 1115 y principios de 1116. La efímera dominación sobre Eivissa y sobre Mallorca (conquistada poco después en el transcurso de la misma operación) no impediría el interés creciente de los condes catalanes sobre las Mallorcas. Aquella expedición, conocida como la "Croada Catalano-Pisana" sería el punto de partida de posteriores operaciones militares, que culminarían con las conquistas de Jaime I (Mallorca, 1229 y Eivissa, 1235), y de Alfonso III (Menorca, 1285).