Tal día como hoy del año 1128, hace 892 años, en Guimarães (a 100 kilómetros al sur del río Miño) se libraba la Batalla de San Mamede, que enfrentaría a los partidarios de Alfonso Henriques, conde dependiente de Portucalis, y los de su padrastro Fernando Pérez de Traba, conde de Traba y de Trastámara, y máximo representante de la monarquía castellano-leonesa en Galicia. La derrota de los partidarios de Traba —aunque contaban con el apoyo político y militar de Diego Gelmírez, arzobispo de Santiago—, que pretendía usurpar el cargo condal a Alfonso Henriques, precipitaría la independencia de facto de condado Portucalensis (el tercio norte del actual Portugal).

Aquella independencia de facto se producía ciento cuarenta años después de un proceso similar entre los condes de Barcelona y la monarquía francesa (985-988). El nuevo conde independiente de Portugal —establecido en Coímbra— buscó una alianza política y militar con el Casal de Barcelona, con el objetivo de garantizar y consolidar su independencia. Pero aquella alianza no se pudo hacer efectiva hasta la muerte de Berenguera de Barcelona (1149), hija del conde independiente Ramón Berenguer III de Barcelona y esposa del rey Alfonso VII de León y de Castilla; que utilizó todas sus influencias para sabotear el acuerdo.

Una vez muerta Berenguera, los condes independientes de Portugal y de Barcelona sellaron la nueva alianza con la boda de Alfonso Ramón (hijo y heredero de Ramón Berenguer IV) y Mafalda de Portugal (hija de Alfonso Henriques). Aquel enlace no se pudo culminar por la muerte a prematura de Mafalda, pero acto seguido se pactó la unión de Dulce de Barcelona (hija de Ramón Berenguer IV) y de Sancho Henriques (hijo y heredero de Alfonso Henriques), que gobernaría como Sancho I. El hijo primogénito de esta unión sería primo-hermano del conde-rey Pedro I. Y otro hijo de esta pareja, Pedro Henriques, sería casado con Aurembiaix, condesa independiente de Urgell.