Tal día como hoy del año 1213, hace 805 años, moría en Muret (Occitania), en el transcurso de la batalla del mismo nombre, Pedro I ―llamado el Católico―, conde independiente de Barcelona y rey de Aragón (que firmaba como Petri, regis Aragonum et comitis Barchinone). Pedro I había acudido a Occitania con los magnates nobiliarios catalanes y aragoneses en defensa de sus vasallos occitanos, amenazados por las maniobras expansivas de la monarquía francesa, que pretendía recuperar el dominio sobre aquellos territorios y la salida al Mediterráneo.

Los condados semi-independientes de Occitania habían pasado progresivamente a gravitar en la órbita política de Barcelona durante la centuria del año 1000, coincidiendo con una etapa de crisis y descomposición de la monarquía francesa provocada por la eclosión del fenómeno del feudalismo. Durante aquel periodo ―conocido como la Revolución Feudal― los magnates nobiliarios y eclesiásticos habían erosionado notablemente la autoridad real hasta convertir sus dominios en estados casi independientes.

Muere Pere I, el último soberano catalán de Occitania. Representación coetánea de la Batalla de Murete. Fuente Wikipedia

Representación coetánea de la Batalla de Muret / Fuente: Wikipedia

Occitania, entonces una de las regiones más ricas de Europa, era también el territorio donde había triunfado el catarismo, conocido también como doctrina albigense. La monarquía francesa, que había previsto recuperar las viejas fronteras de Carlos el Calvo (el nieto de Carlomagno), consiguió teñir el conflicto de guerra de religión, y con la colaboración del Pontificado ―que se había convertido en el gran aliado de Francia― organizó la campaña como una cruzada contra la herejía albigense.

Pedro I murió en combate en las proximidades de Tolosa de Languedoc, y según algunas fuentes, fue atravesado por la espada de Simón de Montfort, el jefe militar de los franceses. Otras fuentes afirman que Pedro I murió en el transcurso de una operación militar muy arriesgada: dio la orden de atacar el campamento francés sin haber reunido previamente la totalidad de su ejército. Y, todavía, otras fuentes revelan que Pedro y su hueste no estaban en condición de luchar, porque la noche anterior se habían ido de juerga.