Tal día como hoy del año 1285, hace 734 años, moría en Vilafranca del Penedès el conde-rey Pedro II de Barcelona y III de Aragón, conocido como Pedro el Grande, que, por su matrimonio con la reina Constanza de Sicilia y por la operación militar de conquista de Sicilia y de Calabria, sería el primer soberano catalán que se sentaría en el trono de Palermo. Con aquella operación militar ―comandada por el almirante Roger de Llúria―, el Casal de Barcelona se convertía en el dominador de las islas de Gerba, Malta, Sicilia y del territorio peninsular de Calabria (situado en el extremo sur de la bota italiana) y, en consecuencia, desplazaría del liderazgo de la región la alianza angevina de Francia y Nápoles, y se convertiría en la primera potencia del Mediterráneo occidental.

Pedro el Grande (1240-1285) había estado casado (1262) con Constanza de Sicilia (1249-1302), con un claro objetivo político: unir las casas de Barcelona y de Palermo para hacer frente a las políticas expansivas de la rama napolitana de los Anjou franceses, que amenazaba la supervivencia del reino siciliano. Aquel "matrimonio de estado" también tendría una significación especial: Constanza (entonces princesa heredera de Sicilia) era de una rama menor de la estirpe Hohenstaufen, emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, enfrentados con el Pontificado de Roma por el liderazgo político de Europa. Por primera vez en la historia, desde el gobierno de Borrell II, primer conde independiente de Barcelona, Catalunya pasaba del bloque pontifical al bloque imperial.

En 1266, cuatro años después del matrimonio entre Pedro y Constanza, se consumarían los peores presagios: las tropas angevinas ―con la ayuda del Pontificado― derrotaban al ejército siciliano y mataban a su rey Manfredo (padre de Constanza y suegro de Pedro). Carlos de Anjou, rey de Nápoles, usurpó el trono de Sicilia, y acto seguido se produjo el exilio en Barcelona de las aristocracias sicilianas. Roger de Llúria, el almirante que comandó la recuperación de Sicilia y de Calabria (1282), era un producto de aquel exilio (había llegado siendo un niño y se había educado en la corte de Barcelona). Poco después de la operación de recuperación, protagonizada por los almogávares, la dinastía legítima de Sicilia sería restaurada en la persona de la reina Constanza y de su marido Pedro (1282).