Tal día como hoy del año 1284, hace 734 años, el conde-rey Pedro II de Barcelona y III de Aragón, conocido como Pedro el Grande, firmaba el "Privilegi d’en Provençal" considerada el acta de constitución de la primera corporación municipal de la historia de Girona y el otorgamiento de la autonomía política municipal que se derivaba de aquel acto. Desde que el año 785 —cinco siglos antes— Girona había sido incorporada al imperio de Carlomagno, la ciudad había sido gobernada de forma personal por condes dependientes del poder central franco o, a partir del año 988 con la independencia de facto de los condados catalanes, por alcaldes y por veguers delegados del poder condal barcelonés.

Con el otorgamiento del Privilegi, el consejo consultivo formado por los vecinos más representativos del municipio —que tenía una historia que se remontaba al año 785— pasaba de tener una función estrictamente de asesoramiento al poder delegado del conde de Barcelona (alcalde y veguer), a constituirse como una corporación y a ejercer el gobierno efectivo del municipio. La corporación de gobierno de la ciudad estaría formada por seis prohombres, dos por cada uno de los estamentos de la sociedad (la nobleza o mano mayor, los mercaderes o mano media y los gremios o mano menor), que eran elegidos y relevados con carácter anual con el sistema de insaculación (sorteo entre los candidatos de cada uno de los brazos estamentales).

Pere el Gran constituye a la primera corporación municipal de Girona. Pergamino del Privilegio. Fuente Archivo Municipal de Girona.pdf

Pergamino del Privilegi / Fuente: Arxiu Municipal de Girona

Los Jurados de Girona serían los responsables de aplicar los usos gerundenses —el Libro Verde de Girona—, el corpus legal que confirmaba la vieja aspiración de las élites locales de gobernarse con una corporación propia. De esta forma, Girona se sumaba al modelo de gobierno de las grandes ciudades de la Corona catalano-aragonesa que ya tenían un Consulado —un gobierno municipal— y una Carta Municipal (Barcelona, Zaragoza, València, Lleida y Tortosa). Los Jurados de Girona ejercerían el gobierno de la ciudad durante 432 años, hasta que, el año 1716, el primer Borbón hispánico "por justo derecho de conquista" arrasó, con el Decreto de Nueva Planta, todo el sistema político e institucional de Catalunya.