Tal día como hoy del año 1889, hace 130 años, moría en Olesa de Montserrat (Baix Llobregat) Paula Montal i Fornés, que había sido la fundadora de la Congregación de las Religiosas de las Escuelas Pías ―conocidas popularmente como Escolapias―. Paula Montal, nacida en una familia numerosa y humilde de Arenys de Mar (Maresme) el año 1799, consagró su vida a la creación de escuelas destinadas a las niñas de las clases jornaleras y obreras. Después de las Carmelitas (1826), las Escolapias serían la segunda iniciativa en este campo, y el año 1829, con su amiga Agnès Busquets, crearía en Figueres (Alt Empordà) el primer establecimiento.
Cuando Paula Montal impulsó la creación de la congregación, el paisaje educativo catalán era muy precario. La enseñanza, ejercida mayoritariamente por congregaciones religiosas, era un activo que sólo estaba al alcance de los hijos de las clases privilegiadas. Excepcionalmente, algunos municipios ofrecían la posibilidad de escolarizar a los hijos de las clases humildes. Pero Catalunya era todavía un país básicamente rural, agrario y tradicional, marcado por fuertes desigualdades sociales y económicas, y los condicionantes políticos y culturales de la época mantenían a las niñas de las familias humildes fuera, incluso, del sistema educativo elemental de las escuelas municipales.
Durante su vida, bajo el lema "Piedad y letras", creó de forma directa siete escuelas (Figueres, Arenys de Mar, Sabadell, Igualada, el Vendrell, el Masnou y Olesa de Montserrat) y promovió la fundación de doce centros más, donde se impartían clases de comercio, de música, de pintura y de labores. Cuando murió, el año 1889, la orden de las Escolapias estaba formada por 308 monjas y 28 novicias que impartían la enseñanza elemental a más de 3.500 niñas por toda Catalunya. En estos centros se acogía, en buena parte, a las hijas de las familias jornaleras y obreras más humildes, se las alimentaba y eran provistas de ropa y de calzado.