Tal día como hoy del año 1916, hace 104 años, moría en Vic Josep Torras i Bages, que había sido obispo de la diócesis osonenca desde el 10 de noviembre de 1899 hasta el día de su defunción. Torras i Bages había sido el 86.º obispo de la milenaria diócesis de Vic, que en el transcurso de su historia generalmente ha sido dirigida por personalidades que han tenido una gran relevancia en la historia de Catalunya: el abad Oliba (precursor de las asambleas de Pau i Treva, origen del sistema parlamentario europeo) o Francesc Robuster (líder del partido bandolero cadell ―de los gremios urbanos―, en conflicto con el partido bandolero nyerro ―de la pequeña nobleza postfeudal arruinada).
Torras i Bages sería una de las figuras intelectuales más destacadas de la Catalunya de finales del siglo XIX y principios del XX. Publicó una gran cantidad de libros (en catalán prefabriano), y lideró un movimiento ideológico pionero en el estado español que proponía la adaptación de la Iglesia católica a las nuevas realidades políticas y sociales derivadas de la Revolución Industrial. Al mismo tiempo, destacó como uno de los más firmes defensores de la recuperación de la lengua, de la cultura y de las instituciones catalanas. El 1882, antes de acceder a la mitra de Vic, había sido presidente de la comisión encargada de la redacción de las Bases de Manresa (el punto de partida del catalanismo político).
Torras i Bages se convertiría en una de las figuras más representativas del catalanismo regionalista de raíz cristiana. El año 1892 publicó su obra primordial: La tradición catalana, que fue libro de cabecera de las personalidades que, en 1901, fundarían la Lliga Regionalista. El, buscado o no, lema de este libro: "Catalunya será cristiana o no será", fue asumido por la militancia catalanista conservadora, sobre todo en la clandestinidad del franquismo y en los primeros años de régimen constitucional; y ha dado como resultado la denominación "catalanismo montserratino", en ocasiones, utilizada peyorativamente para referirse al catalanismo autonomista.