Tal día como hoy del año 1812, hace 209 años, se oficializaba la incorporación de Catalunya al Primer Imperio Francés. Aquella medida ya había sido tomada cuatro años antes, cuando los Borbones hispánicos Carlos IV y Fernando VII habían formalizado la venta de la corona española a Napoleón (Bayona, Pais Vasco francés, 6 de mayo de 1808), pero no se oficializó hasta que estuvieron reducidos y liquidados los últimos focos de rebelión antibonapartista en el territorio. No obstante, el rey José I Bonaparte, que era rey de España desde el 8 de julio de 1808, no ejerció nunca su poder sobre Catalunya, que siempre fue gobernada directamente desde París hasta 1814.

Catalunya vivió una primavera política y cultural que, después de un siglo de régimen autoritario borbónico, la conectó, de nuevo, a Europa. El catalán —prohibido y perseguido desde la conquista borbónica de 1714— recuperó su condición de lengua oficial (cooficial con el francés); y Barcelona se llenó de funcionarios de París que importaron y divulgaron el pensamiento político revolucionario y republicano, que tanta importancia tendría en la formación del catalanismo político y cultural del siglo XIX. El primer superprefecto fue Pierre François Augereau, un mariscal de Francia de origen humilde (era hijo de un criado y de una vendedora de fruta) y de ideología republicana.

Aquella etapa también modificó los hábitos alimentarios de los catalanes. La patata, hasta entonces destinada exclusivamente a alimentar a los animales de tiro, pasó a la mesa. El año 1806 una epidemia de hambre había asolado Francia, y el ministro de Sanidad Parmentier había promovido el consumo de patata destinado a las personas (cocida, frita, asada, braseada). La tortilla de patatas entraría en la península Ibérica a través de la Catalunya napoleónica. Como también la cerveza, entonces una bebida que había sido popularizada en París a finales del siglo anterior por la inmigración alemana. También el consumo popular de cerveza entraría en la península Ibérica a través de la Catalunya napoleónica.