Tal día como hoy del año 1498, hace 520 años, nacía en Zaragoza el niño Miguel da Paz, nieto primogénito de los Reyes Católicos que, al nacer, fue proclamado heredero al trono de las coronas catalano-aragonesa, castellano-leonesa y portuguesa. Miguel da Paz era el hijo del rey Manuel I de Portugal y de la princesa Isabel de Aragón y de Castilla, hija primogénita de los Reyes Católicos. En su condición de hijo primogénito de Manuel I, al nacer se convirtió de forma automática en el heredero al trono portugués. La condición hereditaria sobre las coronas catalano-aragonesa y castellano-leonesa la adquiriría, también, al nacer; a causa de la inesperada muerte sin descendencia de Juan de Aragón y de Castilla —el heredero de los Reyes Católicos— el año anterior (1497).

El nacimiento y proclamación de Miguel da Paz, ponía fin a una cruenta guerra sorda en la corte de Toledo, que se remontaba a la etapa en que Isabel la Católica hizo su particular y sanguinaria carrera hasta ceñirse la corona, y que había enfrentado ferozmente a los partidarios de la unión dinástica con la corona portuguesa (el "partido portugués") y los partidarios de la unión dinástica con la corona catalano-aragonesa (el "partido aragonés"). También, con el nacimiento y la proclamación de Miguel da Paz, que venía precedido de la repentina muerte del príncipe Juan, quedaba diluido el proyecto personal de Fernando el Católico, que había casado a su difunto heredero con Margarita de Habsburgo, hija del emperador Maximiliano de Habsburgo y de la condesa independiente de Flandes María de Borgoña.

Pero el proyecto iberista que simbolizaba Miguel da Paz pronto se disolvió. La madre del bebé, la princesa Isabel de Aragón, murió durante el parto. Y la temprana muerte del niño Miguel da Paz cuando todavía no había cumplido los dos años de edad desplazó políticamente a su padre y el proyecto iberista que gravitaba con fuerza sobre Lisboa. Nunca sabremos con exactitud qué habría pasado si el niño Miguel hubiera alcanzado la edad adulta, pero muy probablemente Portugal, y sobre todo Lisboa, hubieran asumido el liderazgo hispánico. La sombra de sospecha que siempre cernió sobre la muerte de Miguel apuntaba a Maximiliano de Habsburgo. Carlos de Gante hijo de Juana —hermana de Isabel— y de Felipe —hermano de Margarita— y nacido pocos meses antes pasaría a ocupar el sitio de Miguel.