Tal día como hoy del año 1419, hace 599 años, moría en Gwened (Bretaña francesa) el predicador Vicente Ferrer Miquel, nacido en València en 1350 y canonizado en 1455 como san Vicente Ferrer. Su extraordinaria capacidad intelectual lo llevaría a estudiar e impartir en las universidades de Lleida, Barcelona y Tolosa de Languedoc, donde entraría en contacto con personalidades de gran relevancia del mundo de la política que lo acercarían al poder. Con solo veintisiete años fue nombrado delegado de la cancillería de Barcelona en las negociaciones del Cisma que dividiría la cristiandad entre los pontífices de Aviñón y de Roma.

Muere san Vicent Ferrer, el predicador del Apocalípsi. Pintura contemporŕnia. Vicent Ferrer en Caspe. Fuente Institución Alfons el Magnŕnim. Valčncia

Cuando en 1394 el aragonés Pero Martínez de Luna fue investido pontífice de Aviñón con el nombre de Benedicto XIII, Vicente Ferrer se convirtió en su partidario más destacado. Posteriormente, sin embargo, cuando Benedicto XIII fue perdiendo apoyos, Vicente Ferrer hizo público su apoyo al pontífice de Roma. Detrás de este calculado viraje estaba la cuestión sucesoria catalanoaragonesa: Benedicto XIII había preparado la legitimación de Federico de Aragón-Rizzardi, el nieto ilegítimo y único pariente directo de Martín el Humano (el último Berenguer-Aragón), y Vicente Ferrer, por otra parte, había llegado a un entendimiento con el candidato castellano Fernando de Trastámara, mucho antes de la muerte de Martín el Humano.

En la asamblea compromisaria de Caspe (1412) se convertiría en el detractor más feroz de Jaime de Urgell, el gran rival del candidato castellano, y su posicionamiento tendría una influencia decisiva en el resultado final. Su gran capacidad de oratoria lo había convertido en un intelectual muy prestigioso y respetado, y su discurso, funestamente apocalíptico y radicalmente antisemita y antimusulmán —en un paisaje general duramente castigado por las crisis económicas y las epidemias de peste—, lo había convertido en un fenómeno de masas, un ídolo popular especialmente temido en los círculos de poder. Vicente Ferrer predicaría y se haría entender por toda la Europa occidental solo haciendo uso de su catalán de València.