Tal día como hoy del año 1878, hace 141 años, en Saint-Adresse (Normandía-Francia), moría María Cristina de Borbón-Dos Sicilias; que había sido reina consorte de España (1829-1833) por matrimonio con su tío Fernando VII, y reina regente de España (1833-1840) por la minoría de edad de su hija y heredera Isabel II. El año 1840 sería forzada a dimitir, después del escándalo que se originó cuando trascendió que estaba implicada en negocios de tráfico ilegal de esclavos. En aquel momento la esclavitud todavía era legal; pero, en cambio, desde 1815 la mayoría de estados europeos habían firmado un protocolo internacional que prohibía la captura y tráfico de esclavos. Los propietarios de esclavos se nutrían en el mercado negro.

La regencia de Maria Cristina coincidió con la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Al morir Fernando VII -denominado el "rey felón"- buscó el apoyo de los liberales que su difunto marido había masacrado durante una década (1823-1833). Aquel acuerdo político impulsó acuerdos comerciales entre la monarquía y cierta clase burguesa, que la beneficiaron particularmente y especialmente, hasta el punto que se diría que no había ningún gran negocio a España y colonias donde María Cristina de Borbón no tuviera intereses. Uno de los grandes beneficiados de aquella trama de intereses sería, también, el andaluz Manuel Agustín Heredia, un contrabandista de Gibraltar, oportunamente reconvertido en prestigioso industrial y banquero.

Pero el año 1840, saltaría a la luz pública la parte más oscura y sórdida de aquella trama: un triángulo que se enriquecía con el tráfico ilegal de esclavos y que estaba formado por la familia real y algunos de sus colaboradores más directos; ciertos armadores catalanes, vascos y andaluces y las oligarquías coloniales (terratenientes y militares) de Cuba. Los armadores viajaban al golfo de Guinea, y se proveían en estaciones clandestinas dirigidas por delincuentes europeos (principalmente portugueses y franceses). Acto seguido viajaban hasta las costas del sur de la isla de Cuba, que el ejército colonial tenía mal vigiladas a propósito. Y finalmente las oligarquías coloniales, situaban la "carga" en los diferentes "ingenios" de la isla o, incluso, en plantaciones del sur de los Estados Unidos.