Tal día como hoy del año 1363, hace 658 años, nacía en Catania (Sicilia) María de Sicilia, hija del rey Federico III de Sicilia y tataranieta de Pedro II de Barcelona y III de Aragón y de Constanza Hohenstaufen (reyes de las coronas catalanoaragonesa y siciliana). María, heredera al trono siciliano, quedó huérfana de padre a los catorce años (1377), y a partir de aquel momento su pariente Pedro III (conde-rey catalanoaragonés) reclamó su presencia en la corte de Barcelona para controlar su educación y su futura boda.

Sicilia estaba en la órbita política del Casal de Barcelona desde la conquista de 1282, dirigida por el almirante Roger de Llúria. El año 1291, cuando Jaime II —hijo y heredero de Pedro de Barcelona-Aragón y Constanza de Sicilià— alcanzó el trono de Barcelona, cedió el trono de Palermo a su hermano pequeño Federico, que sería el iniciador de la estirpe Bellónida siciliana. Entre 1291 y 1377 esta estirpe estaría representada por cinco monarcas estrechamente vinculados a los intereses políticos, militares y económicos de Barcelona.

El año 1377, con la muerte del último Bel·lònida siciliano, algunos oligarcas de la isla habían intentado casar a María con un potentado nativo. En aquel contexto, el conde-rey Pedro ordenó sacar a María de la corte de Palermo y conducirla a la de Barcelona. En una rocambolesca operación, el oligarca siciliano de origen catalán Guillem Ramon de Montcada la secuestró y la condujo hasta Catania, donde fue discretamente embarcada en una coca catalana (una nave mercante) con destino a Barcelona.

Durante los trece años que estuvo en la corte de Barcelona (1377-1390), el reino de Sicilia fue gobernado por cuatro personajes (nombrados vicarios) relativamente vinculados a los intereses de los Bellónidas catalanoaragoneses: Artal de Alagó, Manfredi Chiaromonte, Guillem de Peralta y Francesco Ventimiglia. Hasta que, en 1390, fue casada con el infante Martín, llamado el Joven, heredero al trono de Barcelona y que acaba de cumplir los catorce años. En aquel momento, María tenía veintisiete.

Aunque Martín y María no llegaron a tener descendencia, Sicilia quedaría definitivamente vinculada al Casal de Barcelona y se convertiría en el quinto estado de la confederación catalanoaragonesa. Después de Martín el Joven, los soberanos catalanoaragoneses se intitularían reyes de Sicilia y la relación comercial, cultural y humana entre Catalunya y Sicilia se incrementaría espectacularmente. La siciliana Anastasia Spatafora (siglo XV) sería pionera en la creación de un sistema de protección de niños abandonados en Barcelona.