Tal día como hoy del año 1429, hace 492 años, moría en Riudoms (Baix Camp) la reina viuda Margarita de Prades, última esposa del conde-rey Martín I, llamado el Humano, y último monarca en el trono de Barcelona de la estirpe Bellónida, creada por el conde carolingio Wifredo el Velloso a mediados del siglo IX. Margarita de Prades había nacido en Falset (Priorat) el año 1387. Era hija de dos personajes de la aristocracia feudal catalana: Pere de Prades, barón de Entença, y de Joana de Cabrera. Era, también, tataranieta ―por el lado paterno― de los conde-reyes Jaime II y Blanca de Anjou. Por lo tanto, era sobrina-prima de cuarto grado de su marido.

Margarita de Prades vivió unas difíciles circunstancias en la corte. Cuando fue escogida para casarse con el conde-rey, el viudo Martín I había perdido a su único hijo, Martín el Joven, en la campaña de Cerdeña (1409), y el trono de Barcelona había quedado sin un sucesor claro. Por este motivo, desde un primer momento se le encargó la misión de engendrar a un heredero continuador de la estirpe. A pesar de la juventud de la nueva condesa-reina (tenía 23 años) y la tradición de fertilidad de las mujeres de la familia Cabrera, Margarita no pudo engendrar a un heredero, y con la muerte de Martín I, el año siguiente a las bodas (1410), se extinguió la estirpe Bellónida.

El año 1415, Margarita ―viuda del último Bellónida― se casó, nuevamente, esta vez con el terrateniente Joan de Vilaragut, miembro de una de las estirpes aristocráticas más poderosas del País Valencià. Según algunas fuentes, por su posición de viuda real con una renta asignada, el nuevo matrimonio y su descendencia (Joan de Vilaragut y de Prades, València, 1416) se mantuvieron en secreto. En 1422 enviudó de nuevo, y profesó como monja en el monasterio de Valldonzella, primero, y en el de Bonrepòs del Priorat, después, en el que acabaría siendo abadesa. Durante su vida laica, su belleza física y sus dotes intelectuales fueron sublimadas por varios poetas de la época.