Tal día como hoy del año 1710, hace 307 años, moría en Lima (Perú) Manuel de Sentmenat-Oms de Santa Pau y Lanuza, virrey del Perú. Sentmenat, nacido en Barcelona el año 1651, hizo una carrera meteórica –como militar– en la administración hispánica de los Habsburgo. Con 24 años recibía el grado de mariscal de campo, con 26 años era gobernador de la plaza militar de Tarragona (una de las más importantes del Principat), y con 30 años era nombrado virrey del reino de Mallorca. A partir de este hecho, su carrera se orientaría hacia la arena política. Con 40 años era nombrado embajador en Portugal, y con 42 en Francia, dos potencias de la primera división europea y mundial.

Con el cambio de dinastía, Sentmenat abrazó la causa de Borbón. Hizo valer su decisión para obtener un importante cargo. En 1704 el Borbón lo nombró virrey del Perú. El virreinato del Perú era la principal fuente de extracción de oro y plata americanos, y el cargo de virrey en Lima era la máxima dignidad en la cual podía aspirar un elemento que no formaba parte de las oligarquías castellanas. Y allí empezó su escandalosa carrera de corrupción. En 1708 la malversación de Sentmenat era tema habitual en la corte de Madrid, y el consejo del rey lo cesó. Sus amigos –y socios– de la corte lo sacrificaron para evitar una investigación que pusiera al descubierto la totalidad de la trama.

 Lima. Plaza Major. 1680

Plaza mayor de Lima (1680) / Biblioteca Nacional de Perú

Un año después el gobierno lo recuperó y lo envió de nuevo a Lima. Hasta su muerte se dedicó a todo tipo de prácticas de corrupción: desde la especulación de alimentos y de inmuebles hasta la manipulación de los envíos de metales. El escándalo llegó a oídos de Luis XIV, el abuelo y valedor del Borbón hispánico. Macanaz –ministro de finanzas borbónico, saqueador de los archivos valencianos y catalanes e inspirador de los Decretos de Nueva Planta–​ lo liquidó todo de una manera rápida y expeditiva: después de la muerte repentina de Sentmenat –en circunstancias no aclaradas– lo presentó como el único responsable, su patrimonio fue confiscado y sus herederos fueron perseguidos implacablemente.