Tal día como hoy del año 1931, hace 87 años, Francesc Macià i Llussà proclamaba, desde el balcón del Palau de la Generalitat —hasta entonces de la Diputación de Barcelona—, la República Catalana integrada en la Federación Ibérica. Macià, líder de la formación política independentista Estat Català, fundadora de la —entonces— coalición Esquerra Republicana de Catalunya (integrada también por los federalistas y republicanos Partit Republicà Català —de Lluís Companys—, la Joventut Republicana de Lleida —de Humbert Torres-— y el Grup d'Opinió —de Joan Lluhí i Vallescà—); había ganado sobradamente las elecciones municipales celebradas dos días antes (12 de abril de 1931).

Aunque aquellos comicios eran estrictamente municipales, las fuerzas políticas republicanas opositoras al régimen dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930) que habían firmado el Pacto de San Sebastián (1930), los habían presentado como plebiscitarios. Esquerra Republicana había ganado en los ayuntamientos de Barcelona y de casi todas las capitales de partido judicial del país; con lo cual obtenía, también, la mayoría en las cuatro diputaciones provinciales catalanas. Fiel a su programa electoral y al compromiso que había adquirido con sus electores, proclamaba la República Catalana integrada en la Federación Ibérica, anticipándose a la proclamación de la II República española.

Macià proclama la República Catalana dentro de la Federación Ibérica. Primer bando oficial de la Generalitat republicana. Font Wikisource

Primer bando oficial de la Generalitat republicana / Fuente: Wikisource

Con aquella proclama quedaba, también, automáticamente restaurada la Generalitat como órgano de autogobierno de Catalunya. Poco después, nombraría su primer gabinete de gobierno provisional que dirigiría el país hasta las primeras elecciones al Parlament del 20 de noviembre de 1932. Tres días después de la proclamación —el 17 de abril de 1931— se presentaron en Barcelona los ministros del primer gobierno provisional de la República española Fernando de los Rios, Marcel·lí Domingo y Lluís Nicolau d'Olwer, que negociarían la rebaja de las expectativas iniciales de Macià a cambio de la tramitación de un Estatuto de Autonomía, que tenía que restablecer el autogobierno liquidado en 1714 por el primer Borbón hispánico.