Tal día como hoy del año 1410, hace 609 años, la cancillería del conde-rey Martín I, llamado el Humano, cancelaba la legitimación de Federico de Aragón-Rizzardi, hijo de la relación extramatrimonial entre el, entonces, ya difunto Martín el Joven (primogénito y heredero de Martín I) y la aristócrata siciliana Tàrsia Rizzardi. Martín el Joven estuvo casado en primeras nupcias con la reina María de Sicilia. Cuando enviudó (1401), estuvo casado en segundas nupcias (1402) con la princesa Blanca de Navarra (primogénita del rey Carlos III de Navarra). Fue en el intervalo de tiempo entre la muerte de María y las bodas con Blanca, que Martín el Joven y Tàrsia Rizzardi engendrarían al pequeño Federico (1402).

Inicialmente, se le dio el patrónimo de Luna, que era el de la abuela paterna biológica (la reina María de Luna, esposa del conde-rey Martín el Humano, madre del heredero Martín el Joven y parienta del Papa Lluna ―pontífice cismático en Aviñón que tenía el apoyo político de la cancillería de Barcelona―). Sus primeros años de vida (1402-1409) transcurrieron discretamente cerca de la corte catalano-siciliana de Palermo. La cancillería de Barcelona tenía la esperanza de que Martín y Blanca engendrarían uno o varios candidatos a la continuación de la estirpe Berenguer-Aragón. Pero el 25 de julio de 1409, el heredero moría inesperadamente en Cerdeña, en plena campaña de dominio y pacificación de la isla.

En aquel punto, la figura de Federico saltaba a la palestra de la alta política. Ni Martín padre ni Martín hijo tenían otra descendencia masculina. Inicialmente, los estamentos del poder se resistieron a legitimarlo, con el pretexto que nunca, en la larga historia del casal de Barcelona, un hijo de una relación extramatrimonial había alcanzado el gobierno de la corona. Pero Martín, con la ayuda del Papa Luna, consiguió tumbar todas las reticencias. Finalmente, la legitimación (que estaba prevista para el 1 de junio de 1410) quedó cancelada indefinidamente el mismo día, a causa de la repentina y misteriosa muerte del conde-rey Martín el Humano la víspera de la ceremonia (31 de mayo de 1410).

El Papa Luna, que había sido el gran valedor de la iniciativa de Martín el Humano, sorprendentemente y misteriosamente se desentendió de los compromisos adquiridos y, poco después, se convertiría en uno de los más importantes defensores de la candidatura de Fernando de Antequera (el primer Trastámara en el trono catalano-aragonés).