Tal día como hoy del año 1730, hace 292 años, el Consejo de Castilla del régimen borbónico español (de la monarquía de Felipe V) ―equivalente al actual Consejo de Ministros de España― promulgaba una ley que tenía el objetivo de promover a jueces y fiscales exclusivamente castellanos en las salas de justicia de Catalunya. Desde 1714, el régimen borbónico ―consciente que la inmensa mayoría de la población catalana ni hablaba ni entendía el castellano― había tolerado el uso del catalán en las salas de justicia catalanas. No obstante, en las salas presididas por un juez castellano, que eran la mayoría, el abogado defensor tenía que hacer también las funciones de traductor.

Pero a partir de 1730, el régimen borbónico incrementó su ofensiva castellanizadora, con el definitivo propósito de arrinconar el catalán y convertirlo en la lengua de las clases rústicas e iletradas, que se quería que escenificaran lo que no tenía cabida en aquella España reaccionaria, castellana y pretendidamente ilustrada. Y el Consejo de Castilla remachó el clavo prohibiendo totalmente la presencia de la lengua catalana en las salas de justicia catalanas. Con este propósito dictó: “Acordamos que siempre sea mayor el número de castellanos en cada sala que al de naturales (referido a catalanes); y que los jueces magistrados y los fiscales sean siempre castellanos”.

Después de la promulgación y de la implementación de esta ley, las salas de justicia catalanas se convirtieron en una especie de circo, con situaciones tragicómicas que incrementaron, todavía más, el desprestigio de la justicia borbónica entre la sociedad catalana. En la mayoría de los casos, las partes litigantes no entendían nada ni de los argumentos que exponían las defensas, ni de las acusaciones que formulaban los fiscales, ni de las sentencias que dictaban los jueces. Y, en muchos casos, se produjeron interpretaciones totalmente opuestas a las declaraciones de las partes o de los testigos, que dieron como resultado sentencias que no tenían ninguna relación con el caso que se había presentado a juicio.