Tal día como hoy del año 1572, hace 450 años, en París, moría Juana de Albret, que había sido la última soberana independiente de la corona navarra, y que había reinado como Juana III. La reina Juana fue, también, la última monarca navarra de la dinastía Albret, que era el resultado de la unión de la casa nobiliaria occitana de los Labrit (nombre que evolucionaría a Albret) y de la catalano-occitana de los Foix-Castellbó, originarios del condado de Urgell y copríncipes de Andorra. Los Foix-Albret habían reinado en Navarra desde 1479, cuando fue coronado Francisco Febus, nieto de Leonor I de Navarra (reina titular) y de su esposo Gastón, vizconde de Castellbó e hijo segundón del conde de Foix.

Los Castellbó habían ganado notoriedad durante los siglos XII y XIII, en el conflicto que mantuvieron con la diócesis de Urgell por el dominio señorial y feudal de los valles de Andorra. En 1240, la heredera Castellbó se casó con el heredero Foix; y en 1278, después de muchos conflictos y pleitos, se convirtieron copríncipes de Andorra. Un siglo más tarde (finales del XIV) incorporaron a sus dominios los vizcondados de Bearne y de Labrit, que los aproximaba —geográfica y políticamente— a la corte navarra. A finales del siglo XV, alcanzarían el trono de Navarra cuando una heredera Trastámara-Evreux (reina titular navarra) se casó con un heredero Albret-Foix-Castellbó.

Juana heredó un reino empequeñecido y debilitado (1555) con relación a la poderosa Navarra medieval. Su dominio tan sólo comprendía la Baja Navarra (una parte del actual País Vasco francés) y el país de Bearne. Sin salida al mar y sin posibilidad de participar en la empresa americana, y constantemente presionada por la monarquía hispánica (que había conquistado la Navarra peninsular, 1512), se implicó en las mal llamadas guerras de religión francesas, que, en realidad, eran una lucha de varias casas nobiliarias por el trono de París. Promovió la edición de la primera Biblia escrita en euskera (de confesión calvinista) y ordenó varias masacres de católicos.

Su hijo y heredero Enrique sería el primer rey Borbón de Francia y reinaría como Enrique IV de Francia y de III Navarra (1589-1610). Enrique, como primogénito de Juana (descendiente de los Foix-Castellbó), heredó el título de copríncipe de Andorra y lo transmitió a sus descendientes hasta 1789. Posteriormente, los presidentes de la República Francesa, como legítimos sucesores de la monarquía francesa, ostentarían esta dignidad.