Tal día como hoy del año 1523, hace 496 años, el aparato militar hispánico en Mallorca ejecutaba a Joanot Colom, líder de la Revolución de las Germanías mallorquina. Colom, nacido en Felanitx a finales del siglo XV, era sombrerero en la capital de la isla y tenía su obrador y tienda en la plaza del Mercado, ante la parroquia de Sant Nicolau. Durante los meses que precedieron el estallido de la Revolución de las Germanías mallorquina (1520-1521), había destacado como uno de los jefes del movimiento. Precisamente, el estallido de la revuelta (6 de febrero de 1521) se produciría cuando el virrey hispánico ―el aragonés Miguel de Gurrea y Cerdan― ordenó la detención y el encarcelamiento de los líderes del movimiento: los hermanos Joanot y Francesc Colom, Joan Crespí, Pasqual Rosselló, Rafel Ripoll, Pere Begur y Guillem Vic. Al día siguiente serían liberados por las masas populares.

La decisión de Gurrea, que había precipitado el estallido de la revuelta, también lo conduciría a su ruina política. Se produjo una pinza inédita entre la aristocracia mallorquina (que lo odiaba a causa de los frecuentes enfrentamientos que mantenía) y las clases mercantiles y campesinas (tradicionales aliadas en el conflicto secular contra la nobleza, y que también lo odiaban por su política autoritaria y represiva). Gurrea era denominado despectivamente “borrelló”, “fideu” y “diablot”. Las instituciones mallorquinas lo destituyeron y lo obligaron a marcharse, amparándose en un privilegio del conde-rey Pedro III que garantizaba que los lugartenientes reales en la isla serían siempre mallorquines. Gurrea se refugió en Eivissa, y desde allí envió varias cartas al rey hispánico Carlos I, solicitando refuerzos militares para invadir Mallorca y aplastar la revuelta.

Los hermanados mallorquines ensayaron una fórmula política que tenía que conducir a la constitución de una república asociada al edificio político hispánico. Pero como pasó, también, en el País Valencià, las facciones radical y moderada revolucionarias entraron en conflicto y se fragmentó el movimiento. Momento que coincidiría con el desembarque de Gurrea y las tropas hispánicas en Alcúdia (octubre de 1522) y las sucesivas derrotas hermanadas. Después del asedio y capitulación de Palma (7 de marzo de 1523), Colom fue detenido y presentado como una verdadera amenaza al sistema (durante el periodo revolucionario había abolido la esclavitud). Gurrea ordenó que Colom fuera arrastrado y descuartizado. Su cabeza estuvo expuesta en una hornacina. Su casa familiar fue derribada y el solar que quedó fue sembrado de sal.