Tal día como hoy del año 1468, hace 552 años, moría en Tarragona Juana Enríquez y Fernández de Córdoba, segunda esposa del conde-rey Juan II, madre de Fernando el Católico y madrastra de Carlos de Viana. Juana Enríquez se había casado con Juan II en 1444, tres años después de que este hubiera enviudado de su primera esposa Blanca de Navarra. Juana Enríquez era hija de Fadrique Enríquez, almirante de Castilla y líder del partido nobiliario castellano que defendía la intervención de los Trastámara de Barcelona en los asuntos internos de Castilla.

Juana Enríquez fue un personaje clave en la operación política que conduciría a la unión dinástica de las coronas catalanoaragonesa y castellanoleonesa. Se la acusó de ser la causante de la prematura e inesperada muerte de su hijastro Carlos de Viana (el heredero en el trono catalanoaragonés y navarro, que, muy probablemente, murió envenenado). La muerte de Carlos abriría las puertas de la coronación a su hijo Fernando el Católico. Juana Enríquez también fue una firme aliada de Isabel la Católica en su lucha para conseguir el trono de Castilla y León.

Duramente enfrentada con las oligarquías feudales catalanas, buscó la alianza con los campesinos de remensa, que reivindicaban la abolición del sistema que, desde el año 1000, los tenía sometidos a condiciones de semiesclavitud. Aunque su estrategia no respondía a una cuestión de solidaridad, sí que, en cambio, sería la personalidad política del momento que se mostraría más sensible a las durísimas condiciones que imperaban en el campo catalán y que más apoyo daría a la revolución remensa. Moriría a causa de un cáncer de mama, semanas antes del inicio de las negociaciones matrimoniales de Fernando e Isabel.