Tal día como hoy del año 1538, hace 480 años, nacía en Verdú (Urgell) Joan Terès i Borrull, que en el transcurso de su vida alcanzaría la dignidad de arzobispo de Tarragona (1587-1603) y destacaría por su defensa del uso del catalán en el ámbito eclesiástico, oponiéndose con firmeza a las políticas de castellanización de la Iglesia catalana impulsadas por la monarquía hispánica. Previamente a su nombramiento efectivo ya ejerció en sustitución del arzobispo absentista Cervantes ―nombrado cardenal y establecido en la corte pontifícia―. Sería, también, durante esta etapa que Terès promovería la construcción del Seminario Conciliar de Tarragona, pionero en la península Ibérica en la aplicación de las nuevas directrices surgidas del Concilio contrarreformista de Trento.

Durante su mandato pastoral, Terès tuvo que hacer frente a las políticas de las autoridades civiles y de las jerarquías eclesiásticas hispánicas que pretendían imponer el castellano en Catalunya a través de la Iglesia. Terès defendió tanto la predicación de los sermones como la redacción de la documentación en la lengua del país. Esta última tenía una gran importancia en los campos administrativo y judicial: desde el Concilio de Trento (1545-1563), los rectores parroquiales no tan sólo estaban obligados a mantener los libros de bautismos, de defunciones y de cumplimientos pascuales; sino que también eran los responsables de la redacción de los testamentos, de las capitulaciones matrimoniales e, incluso en aquellos pueblos donde no había notario, de las compra-ventas, de las hipotecas y de las cartas de recibo.

Nace Joan Terés, el arzobispo que se opuso a la castellanización de la Esglèsia catalana. Mapa de Catalunya (1609). Fuente Instituto Catalán de Cartografía

Mapa de Catalunya (1609) / Fuente: Institut Català de Cartografia

Terès, en su condición de máxima autoridad eclesiástica de Catalunya, convocaría y celebraría varios concilios provinciales que dictarían normas contrarias a las pretensiones hispánicas, y que le costarían enfrentamientos tanto con los virreyes hispánicos en Catalunya, como con el partido cortesano más próximo a la figura del rey Felipe II. Posteriormente, después de la muerte de Felipe II y el cambio de tornas en la corte, Terès ejercería ―simultaniamente a su dignidad eclesial― como secretario del nuevo rey Felipe III y como virrey de Catalunya.