Tal día como hoy del año 1847, hace 173 años, moría en Buenos Aires Joan Larreu y Espeso, considerado uno de los padres de la patria argentina. Larreu, nacido en Balaguer el año 1782, en una familia formada por Martín Larreu y Tomasa Espeso, de origen vasco, se educó en Barcelona (se graduó como piloto mercante en la Escuela de Navegación de la Llotja) e inició su actividad profesional en Mataró.

En el ejercicio de su profesión establecería una intensa relación con las élites mercantiles catalanas que lo conduciría a Buenos Aires (más concretamente en el barrio catalán de Montserrat). Llegó a Buenos Aires hacia 1800, y según Vicent López Planes (hijo de una familia valenciana establecida en Buenos Aires y segundo presidente de Argentina), Larreu “siempre estuvo enredado en todas las travesuras políticas de Río de la Plata”.

En sólo diez años (los que separan su llegada a Buenos Aires del estallido de la Revolución de Mayo, 1810), acumuló una inmensa fortuna, que él siempre declaró que era el fruto de su negocio de importación de vinos y aguardientes catalanes. No obstante, la investigación moderna ha revelado que fue un contrabandista de gran alcance, que lo convertiría en una de las grandes fortunas del territorio.

Pero, a la vez, ha revelado que los grandes beneficios que le reportó aquella actividad los invirtió íntegramente en la creación de una flota naval de guerra que resultaría decisiva en la consolidación de la independencia de las Provincias Unidas de Río de la Plata (el precedente de la República Argentina). Larreu fue vocal (equivalente a ministro) del primer gobierno independiente de Río de la Plata.