Tal día como hoy del año 1849, hace 172 años, en Santiago de Chile, moría Joan Casacuberta Sánchez, que había sido uno de los pioneros del teatro argentino y, en su momento, el actor más reconocido de América del Sur. Con la actriz Trinidad Ladrón de Guevara Cuevas, de origen vasco, formaron una dupla imbatible que, durante buena parte de la primera mitad del siglo XIX, ocuparon las grandes carteleras de los principales teatros de las, entonces, apenas constituidas repúblicas de Río de la Plata (actual Argentina), Banda Oriental (actual Uruguay) y Chile. Por este motivo, se lo considera uno de los pioneros del teatro argentino. Sus actuaciones ―que siempre fueron un éxito de público― se convirtieron en un auténtico fenómeno social y cultural.

Joan Casacuberta, que había nacido en Buenos Aires el año 1798 (entonces Virreinado de Río de la Plata), era descendente de una familia originaria de Barcelona dedicada, durante generaciones, a la fabricación y el comercio textil que había llegado a Río de la Plata después de un breve establecimiento en Cádiz (sede de la última Casa de la Contratación). Según la investigación genealógica, su padre Josep Casacuberta, tejedor y actor cómico amateur, habría muerto en Montevideo, defendiendo la plaza contra el intento de invasión británica de 1806, formando parte de una de las milicias civiles que se organizaron para rechazar aquel ataque. Según la misma investigación, la prematura muerte del padre dejó a la familia en una precaria situación económica que impediría a Joan cursar estudios.

No obstante, el 1818 ―con tan sólo veinte años y cuatro años después de la independencia de Río de la Plata― debutaba en el Coliseo (el principal teatro de Buenos Aires) y se convertía en el actor favorito del público. Esta fama lo propulsaría al exterior, y en 1829 iniciaba su primera gira internacional que lo llevaría a actuar en los principales teatros de Sudamérica. Durante esta etapa se comprometió con el Partido Unitarista argentino que, enfrentado al Partido Federalista, proponía una arquitectura política inspirada en el jacobinismo francés. El fracaso de los unitaristas lo conduciría al exilio de Chile (1842), donde, finalmente, acabaría muriendo a causa de un infarto que sufrió sobre un escenario, al final de una función y mientras agradecía los aplausos del público.