Tal día como hoy del año 1296, hace 723 años, el ejército del conde-rey Jaime II, denominado el Justo, entraba en Alacant y completaba la conquista del territorio situado entre el puerto de Biar y el río Segura; que actualmente corresponde a las comarcas del Alacantí, el Vinalopó y la mitad norte del Bajo Segura. Alacant y su territorio habían quedado bajo dominio castellano después del Tratado de Almirra (1244) que habían firmado Jaime I (por el lado catalanoaragonés) y Alfonso X (por el lado castellanoleonés). Pero durante aquel periodo de dominación castellana (1244-1296), el territorio había sido poblado por los tagarinos (musulmanes que ya vivían allí con anterioridad) y los nuevos colonos catalanes que, al emplazarse, se convertían en súbditos de Alfonso X.

Las guerras civiles castellanas, que enfrentaban diferentes ramas de la familia real, abrieron las puertas a la conquista catalanoaragonesa del territorio de Alacant. Alfonso de la Cerda, hijo del primogénito de Alfonso X de Castilla y considerado por una parte importante de la nobleza castellana como el legítimo soberano, solicitó ayuda a Jaime II a cambio del Reino de Murcia. En pleno conflicto castellano, Jaime II inició la ocupación del territorio e intensificó su repoblación con nuevos colonos catalanohablantes procedentes del Reino de València y del Principado de Catalunya. La conquista de Alacant y de Elx (que se produciría simultáneamente) serviría como plataforma para la posterior ocupación y repoblación de las ciudades y territorios de Orihuela, Murcia y Cartagena.

En la sentencia arbitral de Torrellas (1305), se obligó a Alfonso de la Cerda a renunciar a sus derechos al trono a cambio de una sustancial cantidad de dinero y de un notable lote de propiedades, que pagaría el rey castellano y que convertiría al pretendiente en uno de los principales latifundistas de la Corona de Castilla. También en Torrellas se sentenciaría que el monarca castellano Fernando IV recuperaba el dominio sobre las ciudades y territorios de Murcia y de Cartagena. Y que Alacant, Elx y Orihuela, aunque De la Cerda no había conseguido el propósito que justificaba la cesión, quedaban incorporadas a los dominios de Jaime II. No tan sólo las tres ciudades pasarían a tener representación en las Cortes valencianas, sino que Orihuela se convertiría en una de las cuatro capitales de gobernación del reino.