Tal día como hoy del año 1834, hace 187 años, la reina Isabel II y su madre María Cristina de Borbón —reina viuda y regente por la minoría de edad de la hija— firmaban un Real Decreto que instauraba el pabellón de la marina de guerra española como la nueva bandera del reino de España. Esta bandera, que sería conocida popularmente como "la rojigualda", estaba formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla el doble de ancha que cada una de las rojas; y su origen fechaba del año 1785, durante el reinado de Carlos III (el cuarto Borbón hispánico). La rojigualda sustituía la tradicional bandera de la monarquía hispánica, utilizada desde principios del siglo XVI y formada por la cruz roja de Borgoña sobre fondo blanco.

Sobre la mitad izquierda de esta bandera se añadió el escudo de la antigua Corona castellanoleonesaLas cuatro barras catalanas, las cadenas navarras y la flor de Granada (que habían sido incorporadas durante el efímero reinado de José I Bonaparte), no aparecerán en el escudo de la bandera española hasta casi un siglo después (1931), coincidiendo con la proclamación de la II República española. También, en aquel momento, se sustituyó el color rojo de la franja inferior por el morado, porque —según la prensa de la época— la rojigualda tenía una composición cromática que recordaba excesivamente a los colores de la bandera de Catalunya. Precisamente durante aquellos días, el presidente Macià había proclamado "el Estado catalán dentro de la federación de pueblos ibéricos".

Durante la Guerra Civil española (1936-1939), el bando rebelde franquista la recuperó como bandera propia; y tras la conclusión del conflicto, proscribió la enseña republicana y la convirtió en la bandera oficial de España. También añadieron el águila imperial, las columnas de Hércules, el yugo y las flechas fascistas; y la divisa del régimen dictatorial franquista: “una, grande y libre”. Con el cambio de régimen hacia una monarquía constitucional (1976-1977); reveladoramente, no se quiso alterar el diseño cromático de la bandera. Tan solo se sustituyeron algunos detalles del escudo: desaparecieron los símbolos franquistas; y reapareció la corona real anterior a la II República. También apareció, en el centro del escudo y por primera vez, la flor de lis de los Borbones.