Tal día como hoy del año 1932, hace 89 años, en Barcelona un incendio de grandes proporciones destruyó totalmente los almacenes El Siglo, situados en la Rambla —propiedad de los hermanos Eduardo y Javier Conde— y considerados, en aquel momento, uno de los principales establecimientos comerciales de Barcelona y de Catalunya. Según la prensa de la época (La Vanguardia, edición del 27/12/1932), el fuego se produjo de forma accidental —causado por un cortocircuito en uno de los escaparates del establecimiento a pie de calle— y se propagó a gran velocidad de abajo hacia arriba, lo que redujo a cenizas el edificio en, tan solo, dos horas. La misma prensa estimaba las pérdidas económicas en unos treinta millones de pesetas (el equivalente a unos 1.000 millones de euros).

También la prensa relata que, a pesar de los esfuerzos de los bomberos, una vez el fuego abrazó la totalidad del edificio (de una altura de siete plantas), se propagó en dirección oeste, y amenazó las casas de la calle de en Xuclà y de la plaza del Bonsuccès. En aquel momento, los bomberos, los Mossos d'Esquadra y los Guàrdies d’Assalt temieron que el fuego se pudiera propagar por todo aquel sector del barrio del Raval —donde vivían centenares de familias— y desalojaron a todo el vecindario. En la nota de prensa se dice que se produjeron escenas de pánico y de desesperación entre las personas y familias que eran evacuadas precipitadamente de sus casas. También se dice que fueron realojadas, momentáneamente, en viviendas de familiares y de amigos situadas en otras calles del barrio.

El relato de aquel incendio es aterrador. Se dice que, en el momento culminante del fuego, el edificio de los almacenes El Siglo eran una gran antorcha de fuego, con unas llamaradas que superaban, ampliamente, la altura del edificio. Y que el fuego se había propagado siguiendo la hilera de puertas de madera y de toldos de ropa de las tiendas formadas por las casas de la calle de en Xuclà, y de las persianas de las viviendas situadas encima de estos comercios. También se evacuaron los edificios de la Compañía General de Tabacos de Filipinas y de la Academia de Artes y Ciencias. La nota de prensa relata que un grupo de un centenar de chicos y chicas del barrio hicieron una cadena humana para evacuar y salvar todos los libros de la biblioteca de esta institución.