Tal día como hoy del año 1503, hace 515 años, moría encarcelado en Xàtiva (País Valencià) el conde Hugo Rogelio III, último titular del condado del Pallars Sobirà. Hugo Rogelio III, uno de los líderes del partido aristocrático que se enfrentó con el conde-rey Juan II y con los campesinos de remensa en las guerras civiles catalanas de finales de la centuria del 1400 ―en el llamado bando de la Generalitat― acabaría sus días en la misma mazmorra donde setenta años antes había muerto el conde Jaime de Urgell (1433), también líder de una rebelión aristocrática contra el primer monarca Trastámara de la corona catalanoaragonesa.

Durante las guerras civiles catalanas (1461-1472 y 1484-1486) ―llamadas también guerras de los Remensas o Revoluciones de los Remensas―, Hugo Rogelio III se distinguió como uno de los dirigentes más sanguinarios del partido aristocrático, y como el autor de varias masacres cometidas tanto contra los campesinos sublevados como contra la población civil desarmada que prestaba apoyo a la causa remensa. Su reconocida radicalidad lo dejaría fuera de las Capitulaciones de Pedralbes (1472), el tratado de paz promovido por el conde-rey Juan II que pretendía poner fin al conflicto.

Abandonado por sus antiguos compañeros de armas y aislado geográficamente y militarmente en sus dominios, buscó alianzas con las casas feudales occitanas e, incluso, con la corona francesa con el propósito de continuar el conflicto. Finalmente sería un pariente suyo y antiguo compañero de armas, el duque de Cardona, el que lo derrotaría y lo obligaría a exiliarse (1491). Con Hugo Rogelio III concluía la última estirpe condal pallaresa, creada el año 872 por Ramón II (nombrado dux wascorum ―duque de los vascos―), y que, durante seis siglos, había sido una entidad semiindependiente en la órbita política de la casa condal barcelonesa.